LA CELEBRACIÓN DEL DOMINGO DE RESURRECCIÓN EN BAENA DURANTE LA EDAD MODERNA
Publicado por Antonio Cantero Muñoz en Cabildo Semana Santa Baena 2004, pp. 167-169.
La presente exposición tiene por objeto exponer algunos datos hasta inéditos, que acreditan la antigüedad e importancia, que tenía la celebración de la Resurrección de Jesucristo en Baena durante el Antiguo Régimen. Con carácter previo hemos de tener muy presente, que la celebración de calendario litúrgico nos hace saber que la conmemoración de la Pasión era anterior al nacimiento de las propias cofradías penitenciales. Así durante el siglo XV esta fiesta religiosa se limitaba tanto para los fieles como para el clero, a los actos y oficios litúrgicos que se celebraban en las propias parroquias el Jueves Santo, Viernes Santo y la Pascua de Resurrección. Sánchez Herrero señala que esta última es la de mayor trascendencia y la primera en nacer, pues solo más tarde se introdujeron la de Pentecostés y Navidad además del Triduo Sagrado Semana Santa. De esta forma se conmemoraba con la Resurrección el paso de Jesucristo de la muerte a la vida, tras su pasión crucifixión y sepultura1.
Aranda Doncel aporta los primeros datos referentes a cofradías penitenciales de la localidad señalando que la Vera Cruz existía en 1551, por lo que su nacimiento es anterior2. Pero como antes hemos apuntado, el Domingo de Resurrección ya se celebraba con anterioridad a esa fecha, como nos hace saber la última voluntad de un destacado miembro de la nobleza titular de la villa, concretamente don Juan de Córdoba, abad de Rute e hijo del tercer conde de Cabra don Diego Fernández de Córdoba y de doña Francisca de Zúñiga3.
En nuestra exposición hemos de tener presente la relevancia de este documento, pues no podemos olvidar que las disposiciones testamentarias otorgadas durante la Edad Moderna, era algo más que un acto jurídico que se limitaba a distribuir bienes entre los legítimos herederos del causante. Pues además de reflejar la vinculación que existía entre determinadas familias con las capillas o iglesias sujetas a su patronato, sus cláusulas decisorias referentes a misas y advocaciones concretas a las que se ofrecen o altares donde estas se celebran, nos permiten deducir conclusiones generales sobre conductas religiosas, sentimientos y devociones personales, reflejándose la geografía religiosa de la localidad y pautas de comportamiento que eran extensibles a la sociedad de ese lugar.
La primera referencia que aportamos sobre esta festividad la podemos fechar en el primer tercio del siglo XVI. En la temprana fecha del 23 de junio de 1525 don Diego Fernández de Córdoba otorgó su testamento4, estableciendo en una de sus cláusulas el gasto de 2.000 maravedíes para solemnizar esta celebración, y si tenemos en cuenta que don Juan de Córdoba era su albacea testamentario y que debía comenzar a cumplir con este mandato en el plazo de un año5, ya en 1526 se conmemoraba la indicada fiesta religiosa, como refleja el testamento ológrafo del abad de Rute:
«Yten mando más su señoría se haga y celebre en cada un año la fiesta de la Resurrection como él solía hazer y celebrar, y suelese gastar en esto dos mil mrs«.
Además de la anterior, el conde de Cabra acordó que para mayor solemnidad de los actos de culto, durante la Semana Santa y todas las fiestas y domingos del año, incluido por tanto el de Resurrección, hubiera diácono y subdiácono en la iglesia de Santa María la Mayor:
«Yten mandó más su señoría que todas las fiestas y domingos del año y todos los días de la Semana Sancta aya diachono y subdiachono en la dicha yglesia, están dotadas para estos dos mill mrs en cada un año en el dicho mesón de fuera de la dicha villa de Vaena«
Su dotación económica provenía de los jugosos rendimientos de un mesón ubicado en las afueras de la localidad, a cuyo cargo eran sostenidas otras fundaciones pías que serían oficiadas los días de San Juan Bautista y Evangelista en la parroquia más importante de la villa señorial:
«Yten mando más su señoría se haga y celebre en cada un año las fiestas de San Juan Euangelista que son en mayo y en diciembre y las fiestas de sant ju baptista que son en junio y agosto las quales han de celebrar los dichos capellanes y clérigos de la yglesia de sancta maría de vaena ha se de dar por cada una de las fiestas un ducado que son quatro ducados cada un año las quales están situadas en el mesón de fuera de la dicha villa de Vaena an los de repartir entre los dichos clérigos y capellanes de la dicha yglesia«.
El documento que estamos analizando también nos hace saber de los importantes donativos efectuados a distintas parroquias y conventos de Baena, informando del lamentable estado que presentaba la iglesia de Santiago, cuya madera había servido para el coro de la de Santa María la Mayor6:
«Yten mando a la fábrica de Sant Bartolomé de Vaena tal mill mr y a la fábrica de Sant Salvador mill mr y a la de Sant Pedro mil mrs y a la de la Mádalena mill mrs todas estas fábricas en la villa de Vaena, y a la fábrica del monesto de nra señora de Guadalupe de la dicha villa dos mill mrs y quiero y mando que estos dichos mrs no entren en poder de los obreros de las dichas fábricas, sino que mis albaceas los gasten luego que de mi acaezca finamiento, en las que más necesarias al pro de las dichas fábricas según a ellos les paresciere, por quanto yo tome de la fábrica e yglesia de Santiago de Vaena cierta cantidad de madera que me parece que sería hasta diez mil mrs la qual gasté todo en la Capilla que yo hizo en el choro de la yglesia mayor de Vaena. Es mi voluntad y quiero porque al presente la dicha yglesia de santiago esta derrocada y la quieren labrar que se le dé para la fábrica della encima de los dichos diez mill mrs hasta en cantidad de cient ducados por q en esta cantidad quiero que entren los dichos diez mil mrs que yo tome.
Yten mando al monesterio de madre de dios de la Villa de Vaena treynta ds en limosna por q tengan cuidado de rogar a nro señor por mi anima en especial lo supplico a mi señora hermana y mando a franca de sant pedro mártir y a su hermana monjas profesas en el dicho monesto sendos abitos cumplidos y se uea a lo que yo estoy obligado a cumplir por razón de los dotes que se prometieron al tiempo que las dichas dos monjas entraron en el dicho monesterio e de mis propios bienes y hazienda se cumpla enteramente todo lo asentado«.
Además del anterior, disponemos de otro importante documento fechado el 22 de marzo de 1600 que vuelve a reflejar la relevancia de la fiesta religiosa que estamos analizando, y que resulta de la concordia celebrada entre la cofradía de Nuestra Señora de Albendín y la de San Pedro que estaba formada por los miembros del clero secular de la localidad7 .
La citada imagen mariana gozaba de un intenso fervor entre todas las capas sociales, y existe constancia de la existencia de una hermandad que ya le rendía culto en 15578. Cuando se firmó la escritura pública de concordia era mayordomo en 1600 Alonso Sánchez de Ojeda, que fue acompañado de Rodrigo de Góngora, Pedro de Rus y Alonso Martínez.
El acuerdo fue suscrito con los representantes más importantes del estamento eclesiástico secular, a saber los siguientes: Bartolomé Pérez de Herrera, vicario de la villa; Fernando Pérez Sevillano, cura de San Bartolomé; Alonso García Santiago, rector de la Magdalena; Pedro de Soto y Pedro de Castro, de San Pedro; Marcos de Mesa de Santa María la Mayor; Juan Pérez del Arca y Simón de Luque, rector y cura de Santiago.
En su virtud se acordó que cada Domingo de Resurrección, se celebrara en la parroquia de Santa María la Mayor por la cofradía de Nuestra Señora de Albendín, una misa cantada y procesión por las principales calles y plazas de Baena. Cada clérigo recibiría de la cofradía 30 reales de vellón, y para mayor solemnidad deberían ir con sobrepellices:
«Y así juntos en el dicho cabildo, se trato que en un cada año perpetuamente para siempre jamás, se haga una procesión de Nuestra S ª de Albendín el domingo de la rresurrección por la mañana, en cada un año, por las placas desta villa, y una misa cantada en la dicha yglesia mayor, por los cofrades de la dicha cofradía, y auiendo sobre ello praticado y conferido y dados sus botos, se acordó de una conformidad se haga la dicha procesión por las plazas y la dicha misa, y se dé de limosna a todos los clerygos que acompañaren con sus sobrepellicas treynta rreales, los quales tienen de dar la dicha cofradía, y así el dicho servicio a los dichos señores curas, por si mismos y por los que subcedieren en su lugar, se obligaran de así cumplir el dicho Alonso Sánchez de Ojeda, mayordomo de la dicha cofradía en su nombre se obligó de dar e pagar los dichos treynta reales de limosna a los dichos señores vicario y cura y a todos los demás clerygos si fueren en la dicha procesión, y asistieren en la dicha misa, y para ello obligó los bienes y rrentas de la dicha cofradía, y los dichos señores vicario y cura obligaron los vienes y rentas de la cofradía del Sr. San Pedro«.
1 SÁNCHEZ HERRERO, J.: «Las Cofradías de Semana Santa durante la modernidad, Siglos XV a XVIII». En Actas Primer Congreso Nacional de Cofradías de Semana Santa«. Zamora 1987, página 40.
2 ARANDA DONCEL, J.: Historia de la Semana Santa de Baena durante los siglos XVI al XX. Baena 1995, Tomo I página 114.
3 (A)rchivo (H)istórico (P)rovincial (C)órdoba. (P)rotocolos (N)otariales (C)ordoba, oficio 21 Juan Clavijo, Legajo 12853, sin foliar: «Yo don Juan de Córdoua, abad y señor de la villa nueba de Rutte Deán y Canónigo de la Sançta yglesia de Cordoua, hijo legítimo de los Illmos señores don diego fernández de Cordoua y doña Francisca de cuniga su muger, conde y condesa de cabra y mis señores difuntos cuyas ánimas de idos sançta gloria digo que por la presente ordeno este mi testamento y última uoluntad en mi libre juicio tal qual nro señor fue seruido de me dar«. Mientras que no hagamos ninguna cita expresa, todas las citas se refieren a este testamento.
4 VALVERDE Y PERALES, F.: «Historia de la Villa de Baena«. Toledo 1903, p. 116.
5 GÓMEZ NAVARRO, S.: «Una función fundamental: El albaceazgo en una comunidad de la Edad Moderna». En Obradorio de Historia Moderna, nº 9 La Coruña 2000, p. 175.
6 ARANDA DONCEL, J.: «Historia de la Semana Santa de Baena durante los siglos XVI al XX«. Baena 1995, pp. 39-40. El citado autor describe de forma detallada la fábrica de la iglesia de Santiago, reflejando de forma elocuente la mala situación de su fábrica.
7 AHPC (P)rotocolos (N)otariales (B)aena, oficio 3b Bartolomé de Comarcada 1600, Legajo 98, folio 321 recto y vuelto.
8 ARANDA DONCEL, J.: «Historia de la Semana Santa de Baena durante los Siglos XVI al XX«. Baena 1995 p. 68 y ss.