EL CANTO DE LA PASIÓN EN LA PROCESIÓN DE JESÚS NAZARENO DE DOÑA MENCÍA Y SUS FIGURAS BÍBLICAS

 en Religiosidad Popular

Publicado por Antonio Cantero Muñoz en Actas del V Congreso Nacional de Cofradías bajo la advocación de Jesús Nazareno (Puente Genil 2014) Fermín Labarga (director) páginas 253-261.

RESUMEN

La presente comunicación tiene por objeto, reflejar notas históricas de lo que considero el referente más singular y con mayor valor de la Semana Santa de la localidad cordobesa de Doña Mencía, como es el canto de la Pasión a través de los pregones y escenificaciones de la Pasión, con la presencia de figuras bíblicas, que tiene un indudable función didáctica, y gran valor histórico y antropológico, centrándome en la cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno1.

INTRODUCCIÓN. AUTOS DE PASIÓN, PREGONES Y FIGURAS BÍBLICAS

Los pregones, los podemos incluir dentro de la categoría de las saetas llanas o primitivas, especialmente vinculados con los dramas sacros de la Pasión y Vía Crucis. Al respecto, cito el trabajo de Agustín Aguilar y Tejera, publicado en Madrid en 1928 titulado Saetas Populares:

En las ceremonias populares que por Semana Santa se practican en casi todos los pueblos españoles quedan rastros de los dramas religiosos de la Edad Medía […]. Es muy posible que en los misterios se intercalasen fragmentos cantados y que en ellos pueda encontrarse el germen de las saetas”.

Históricamente, los Autos de Pasión hunden sus raíces en la Edad Media, su fin era hacer más asequibles a los creyentes los dogmas de la religión, complementando las historias narrativas contenidas en muros, vidrieras, bóvedas, tímpanos, capiteles, o retablos. Facilitaban su enseñanza, pues su contenido se podía comunicar mejor con el lenguaje hablado y sus montajes escénicos. A principios del Siglo XVI, la antigua costumbre de celebrar de manera festiva y con representaciones teatrales, los distintos ciclos litúrgicos, especialmente la Pasión de Cristo, fue objeto de crítica por parte de los reformadores de la Iglesia, que dejaba mucho que desear como institución religiosa. En Córdoba, el obispo don Alonso Manrique convocó un sínodo en 1520, con el fin de mejorar las costumbres y moral de los eclesiásticos, así como educar a los creyentes en una fe sincera sin supersticiones. Por ello, se prohibió de forma expresa que se hicieran en el interior de las iglesias, representaciones sobre la Navidad, Pasión y Resurrección del Señor, bajo pena de 2.000 maravedís, pues en lugar de conseguir la devoción, provocaban la diversión y distracción de los fieles2.

Durante el Concilio de Trento, los luteranos defendieron la iconoclastia y el culto interno como medio de depuración de la fe, proclamando que «no se debe adorar a Cristo en la eucaristía, ni honrarlo mediante fiestas, ni pasearlo en procesiones, ni llevarlo a los enfermos«3. Por su parte, los católicos argumentaron que las manifestaciones externas, eran apropiadas para excitar los sentimientos interiores de sumisión y reverencia a Dios, por cuanto las imágenes constituían una gran ayuda para la formación religiosa. En consecuencia, la celebración de la Semana Santa fue fomentada, pues servía para manifestar con imágenes y representaciones de forma visual, los mensajes de los Evangelios de la liturgia del Triduo Pascual4.

En Trento las representaciones de teatro sacro con actores vivientes fueron prohibidas, permitiéndose los desfiles con imágenes inmóviles, dentro de los cánones establecidos por las autoridades eclesiásticas. Sin embargo, el único recuerdo permitido de los Autos de Pasión, fue el acompañar los pasos con personas disfrazadas de figuras bíblicas, con su rostrillo y martirio o símbolo que facilitaban su identificación, que permanecían mudas durante el cortejo. Esto supone el máximo acercamiento entre la religión oficial católica y la religiosidad popular, que era muy propensa a la teatralización de las celebraciones religiosas5.

En este contexto, junto a los desfiles procesionales, alcanzaron gran auge los sermones y representaciones de escenas de la Pasión, en los que además de varias imágenes penitenciales, participaban figuras bíblicas y los pregoneros o «resaores«, que narraban la escena que se estaba interpretando, con el fin didáctico antes indicado, cuyo texto a pesar de los avatares históricos se ha conservado6.

LA COFRADÍA DE JESÚS NAZARENO DE DOÑA MENCÍA

Entiendo, que para analizar con rigor cualquiera de las ricas manifestaciones de religiosidad popular en Doña Mencía durante la Edad Moderna, se debe tener muy presente la singularidad de la parroquia de Doña Mencía, con respecto a otras del territorio diocesano7. Al estar ubicada en la entonces peligrosa frontera con el reino de Granada8, se otorgó al párroco el derecho a cobrar los diezmos. Esta situación dio lugar a un modelo, caracterizado por un grado extremo de autonomía jurisdiccional con respecto a los titulares de la Silla de Osio. También, a una plenitud en el ejercicio del poder fiscal, frente a las instituciones eclesiásticas que fueron despojadas del mismo9.

El proceso de creación de cofradías penitenciales en Doña Mencía, va a estar íntimamente ligado al que tiene lugar en el obispado de Córdoba, participando en lineas generales en cuanto a tiempo de fundación y advocaciones. La singularidad antes mencionada, se reflejaba en dos aspectos importantes:

1º Que por delegación del obispo de Córdoba, desde 1672 correspondía al prior del convento de Santo Domingo el control de todas las cofradías mencianas. Su intervención se extendía a la elección de hermano mayor, dar cuentas ante notario, así como proceder contra los cargos directivos o cualquier cofrade10.

2º Con respecto a las cofradías penitenciales, la del Dulce Nombre de Jesús sería más antigua y mucho más importante que la Vera Cruz, por ser una advocación muy vinculada con los hijos de Santo Domingo de Guzmán11.

Es lógico pensar que la fundación de la cofradía del Nazareno de Doña Mencía, coincidiera poco más o menos con las que con la misma advocación se crearon en localidades cercanas, como Cabra en 1586 y Baena en 1589. Los primeros datos concretos que así lo acreditan son de 1628, por lo que su existencia es anterior.

Realizaba estación de penitencia en la madrugada del Viernes Santo, acompañado de la Virgen de los Dolores, asi como San Juan, la Magdalena y la Verónica. La nota que le caracterizaba era la disciplina de su cofrades, que a diferencia de la Vera Cruz y Dulce Nombre de Jesús, no era de sangre, como si eran las mencionadas.

Nuestra afirmación se basa en un testimonio documental que tiene por fecha el 11 de febrero de 1627, si bien relata hechos ocurridos en 1626. Se trata de una sentencia dictada por fray Domingo de Molina, prior del convento de Regina Angelorum de Sevilla, visitador del convento de Nuestra Señora de Consolación contra fray Juan Bautista Carrión, que era su prelado en aquella época12, que aporta diversa información de distinta índole13, pero acredita que la cofradía de la Vera Cruz y Cristo de la Columna era de sangre14.

En cambio, la penitencia que caracterizaba a los miembros de la cofradía del Nazareno, era llevar pesadas cruces de madera durante el recorrido, como resulta del testamento de Cristobal de Córdoba, fechado el 6 de octubre de 168415:

Mando se den dos reales para una misa por el alma de Pedro López difunto, por la Hermandad de Cruzces que pertenecen a la Cofradía de Jesús Nazareno el Biernes Santo”.

Como era habitual en la época, el cortejo iba impregnado por la suntuosidad barroca, que caracterizaba a los desfiles procesionales en la segunda mitad del siglo XVII. Como botón de muestra, aportamos el testamento de don Juan Alcala Galiano, antepasado del escritor y diplomático don Juan Valera, cuya familia era originaria de Doña Mencía16. Este destacado miembro de la nobleza local, era familiar del Santo Oficio y otorgó su última voluntad el 17 de junio de 168017:

Mando de mis vienes y hazienda se haga un manto de terciopelo liso negro con sus puntas de plata u oro para Nra. Señora de la Soledad, que sale en la Cofradía de Ntro Padre Jesús de Nazareno, el Viernes Santo por la mañana, a la qual la mando de limosna, y que se entregue a su Hermano Maior, y se ponga por libro la persona por quanto se da, para que en todo tiempo conste la mucha debocion que simpre e tenido y tengo a dicha Cofradía a la qual tengo dado assi mismo dos cordones de seda, y hilo de oro con su ojuela para la ymagen de Nro. Padre Jesús”.

Disponemos de un elocuente testimonio documental, que acredita la presencia de figuras bíblicas, en la estación de penitencia que tenía lugar en la madrugada del Viernes Santo, en concreto Evangelistas, lo que nos hace suponer la presencia de otras como los Apóstoles, así como los pregoneros, que narraban y trasmitían el mensaje de la escena que se representaba. Ejemplo de lo dicho, es el testamento de Francisco García otorgado el 12 de diciembre de 167518:

mando a la Cofradía de Jesús Naçareno desta Villa los recaudos con los que salgo el biernes santo al ser ebangelista, que son un rrostro y un atril, porque asi es mi boluntad, lo qual se le entregue luego que yo fallezca al Hermano mayor que fuere desta Cofradía, menos una túnica morada que es como la que me an de enterrar”.

SERMÓN DEL PASO

Ya hemos acreditado la temprana presencia de figuras bíblicas en la cofradía del Nazareno, ahora toca referirnos a su intervención en la procesión. En la madrugada del Viernes Santo en el interior de la Iglesia Dominicana, tenía lugar el Sermón del Paso, que en Doña Mencía siempre se le ha llamado como “El Sermón de la Madruga” donde se escenificaba toda la historia del Misterio de la Redención, con especial referencia al Sacrificio de Isaac, haciéndonos saber que cuando el hijo de Abraham iba a ser inmolado, cargó con el leño para el sacrificio, como lo hizo Jesús Nazareno con la cruz camino del Calvario, para morir por nuestros pecados. Estos pregones reflejan lo antes expuesto:

Al toque de las trompetas

y al empezar los pregones

Sacan al Isaac Eterno

rodeado de sayones

Dimas a su derecha

Gestas al siniestro lado

la Santa Cruz le cargaron

para darle penas mayores

En el mismo, también participaban también las imágenes de la Virgen de los Dolores, San Juan, María Magdalena, la Verónica19, así como las figuras bíblicas de Gestas, San Dimas, Apóstoles, Evangelistas y Virtudes. Como hemos indicado, los pregoneros iban cantando las escena que se representaba con fines didácticos, cuyo texto a pesar de los avatares históricos se ha conservado gracias a Antonio Buitrago Jiménez, que hoy se ha vuelto a poner en valor20. Pero no solo tenia lugar en el interior del templo conventual, el canto de los pregones y representaciones de la Pasion continuaban durante la procesión, alcanzando su punto culminante cuando la imagen de Jesús Nazareno daba la bendición a todos los mencianos, teniendo para ello un brazo articulado, en cuyo momento se cantaban los siguientes pregones:

Viendo el Apóstol San Pedro

al Señor de cielo y tierra

Con el tosco leño encima

debilitado y sin fuerzas

se han postrado de rodillas

y todos los que le cercan

y hecho la Bendición Santa

y todos se levantaron

LAS REPRESENTACIONES DE LA PASION EN DOÑA MENCÍA DURANTE LOS SIGLOS XVIII Y XIX

Como ha descrito Juan Aranda Doncel con detalle y rigor21, a partir de mediados del siglo XVIII, distintos prelados cordobeses prohibirán, la presencia de figuras bíblicas y escenificaciones de la Pasión. Nos tenemos que plantear ahora si esa normativa se aplicó en Doña Mencía, y conforme a distintos testimonios documentales que he publicado22, podemos afirmar que durante el Siglo de las Luces no tuvo aplicación práctica, por la singularidad de la parroquia de Doña Mencia que antes hemos mencionado.

Las normas prohibitivas indicadas, alcanzaron su máxima expresión durante el pontificado del obispo Trevilla, en la segunda década del siglo XIX, que si tuvo cierta vigencia en Doña Mencía, en cuya virtud se modificó en 1818 el Sermón de El Paso, en la forma que hasta entonces se hacía23.

Sin embargo, desde mediados del siglo XIX, a pesar de estar vigentes las normas prohibitivas antes indicadas, que fueron reiteradas por distintos obispos, disponemos de testimonios documentales que acreditan otra vez la presencia de figuras bíblicas en los desfiles procesionales y celebraciones pasionistas. Este hecho se explica por tres motivos fundamentales:

1º Desde principios del Siglo XIX hasta 1882 la cofradía del Nazareno, por tanto las figuras bíblicas que formaban parte de la misma, estuvo dirigida por la familia Muñoz Reinoso, cáciques locales que muchas veces también ostentaban los cargos políticos de la localidad. Especialmente, don Francisco Muñoz Reinoso sorteó las referidas prohibiciones, formulando solicitudes con peticiones eufemísticas para referirse al “Sermón del Paso24: “después de besar uno de los cordones que ciñen a la Sagrada Imagen de Jesús Nazareno, y oído su estenso discurso, donde se le hace entender las amarguras y martirios que pasó el Hombre de Dios por la salvación de nuestras almas”. También se conserva íntegro el “Sermón de la Madruga” fechado en 186325, que acredita la pervivencia de tan secular tradición.

2º A partir del siglo XIX, las cofradías y hermandades y asociaciones relacionadas con ellas, como serían las “corporaciones” de figuras bíblicas, serían una de las propuestas de la Iglesia, como alternativa de solidaridad cristiana frente al movimiento obrero, también partidos políticos laicos o anticlericales. Este dato es muy importante, por cuanto no existía asistencia social por parte de las instituciones públicas, pues sería una función que por entonces desempeñaban.

3º Además, en los momentos en que la sociedad se “descristianiza” y se vuelve anticlerical (Sexenio Revolucionario 1868-1874, Trienio Bolchevique 1918-1921 o Segunda República 1931-1936) las autoridades eclesiásticas potencian todo tipo de manifestaciones de religiosidad popular, con la intencionalidad de que la gente vuelva a asistir masivamente a los religiosos, siendo lo “popular” el camino más fácil para conseguir “la recristianización” de la sociedad.

Durante el siglo XIX, la cofradía de Jesús Nazareno estaba formada por 13 cuadrillas, una de ellas era la de los Apóstoles, Evangelistas, Virtudes, Soldados Romanos, en la que también estaban integrados los pregoneros o “resaores” y trompeteros26:

La cofradía en este último periodo estaba distribuida en Cuadrillas […] Había un número de doce, además figurando el Apostolado llevando cada cual el instrumento que representa su martirio. También había cuatro destinados a salir figurando los Evangelistas, otros siete a las Virtudes, y finalmente una escolta de soldados romanos”.

Disponían de un reglamento fechado en la década de los años 80 del siglo XIX, que regulaba con detalle los días en los que cantaban los pregones, las condiciones que debían cumplir para formar parte de esta cuadrilla, su presencia en procesiones y otros actos de culto, así como su funcionamiento como mutua de protección social27.

También queda constancia de la presencia de los Apóstoles y Gestas y Dimas en los defiles procesionales a comienzos del siglo XX, como nos hace saber el diario El Defensor de Córdoba en su edición de 9 de abril de 1915, al describir el orden seguido por la procesión de Jesús Nazareno:

A las seis se organiza la procesión del modo siguiente: guión de Jesús, San Juan, María Magdalena, soldados romanos, pasionarios, Jesús Nazareno, Dimas y Gestas, Apóstoles, nazarenos penitentes, la Santa Verónica, Virgen de los Dolores, Clero, Ayuntamiento, banda municipal y muchos devotos”.

Es importante la referencia a los pasionarios, que son quienes cantan los pregones y que en Doña Mencía, siempre se les ha conocido como pregoneros o “resaores”. Según el Diccionario de la Real Academia, pasionario es el libro de canto por donde se canta la Pasión en Semana Santa, quienes lo ejecutan los pregoneros. El canto de la Pasión y la presencia de figuras bíblicas en la procesiones mencianas, también queda reflejada en la magnífica entrevista que realizó José Jiménez Urbano a Antonio Buitrago Jiménez en 1989 en el periódico local El Bermejino28.

La Semana Santa de Doña Mencía sufrió un duro quebranto, a consecuencia del incendio provocado de la parroquia de Nuestra Señora de Consolación, que tuvo lugar en la noche del 13 al 14 de septiembre de 1932, que dio lugar a la destrucción de todas las imágenes y enseres que había en su interior, entre la que se incluía la de Jesús Nazareno29.

Al finalizar la Guerra Civil, se reorganizó la Semana Santa siendo la cofradía de Jesús Nazareno, la que va a conservar el tipismo de los valores más singulares de la Semana Santa de Doña Mencía, con la presencia de la Cuadrilla de los Hermanos de Cruz gracias a Manuel Jiménez Torralbo, el canto de los pregones por mérito de Antonio Buitrago Jiménez, así como las figuras bíblicas de Gestas y Dimas, participando también en la procesión los Evangelistas y Apóstoles, aunque siendo ya cofradías independientes.

La crisis que sufrió el movimiento cofrade en la década de los años 60 del siglo pasado, afectó profundamente a la cofradía de Jesús Nazareno, dando lugar a que dejaran de cantarse pregones. Sin embargo, siendo siendo hermano mayor Manuel Urbano Gómez, el canto de la Pasión fue recuperado por la cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, debiendo tener presente que las letras que se cantaban fueron conservadas gracias a Antonio Buitrago Jiménez, que las había memorizado y escrito de su puño y letra en un manuscrito. Se volvieron a oír los pregones, gracias a la iniciativa de miembros de la cofradía del Nazareno, en concreto Rafael Serrano Urbano y Pedro Recio Santiago.

En el desfile procesional también participaban la cofradía de los Apóstoles y los Evangelistas, recuperando las figuras bíblicas de Gestas y Dimas. Asimismo, durante el mandato como hermano mayor de Manuel Urbano Gómez, se incorporó la figura bíblica de la Verónica, que participa sin rostrillo, pues la misma siempre es una bella mujer menciana. En el momento que la Verónica le pasa el paño sobre el rostro del Nazareno, se cantan estos pregones:

Limpia señor este rostro

que sangre y polvo lo afean

pues yo quisiera quitarle

toda la fatiga y pena.

En la actualidad, las figuras bíblicas de los Ladrones y Apóstoles están presentes en la procesión que tiene lugar madrugada del Viernes Santo. Previo a su comienzo, mientras que la cofradía ya formada con el Imperio Romano, se desplaza a la ermita del Espíritu Santo, tienen lugar como desde tiempo inmemorial las Negaciones de San Pedro, que refleja el momento en que este niega que conociera a Jesucristo:

Un sayoncillo brioso

que pariente era de Malco

Le dijo de esta manera

con ademán desairado

Ya te conozco gran viejo

que aunque muy disimulado

Que tú y Jesús habeís sido

tan amigos como hermanos

Desde el año 1984 la cofradía de los Evangelistas dejó de participar en la procesión del Nazareno, lo cual era algo extraño, pues como ya hemos dicho y queda acreditado con multitud de testimonios documentales, siempre había participado en el cortejo del Nazareno, lo cual era una situación un tanto extraña.

El 11 de diciembre del año 2011, se fundó la actual Cuadrilla de Pregoneros y Trompeteros de la cofradía del Nazareno, con el fin de poner en valor la Semana Santa de Doña Mencía. En el año 2010 se publicó el texto de los pregones en el libro titulado Libro de Pregones de la Semana Santa de Doña Mencía. En el año 2013 se decidió recuperar las figuras bíblicas de los Evangelistas, con rostrillos realizados por Manuel Cubero Baena, ropas diseñadas por Cristino Lastres Muñoz. Estarán representados por las siguientes personas: San Juan por José Antonio Mármol Flores; San Lucas por José Luna Martínez; San Marcos será Pedro Montes Luna; San Mateo por Francisco Jiménez Gómez.

REFLEXIONES

Como punto final, debemos plantearnos una serie de reflexiones, comenzando por la importancia que las autoridades diocesanas conceden a manifestaciones de religiosidad popular como las que hemos visto aquí. Destaca un documento del año 2003, realizado por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, que contiene principios y orientaciones sobre la piedad popular. Parte de que el Concilio Vaticano II, señaló la primacía indiscutible de la liturgia sobre los ejercicios de piedad popular, aunque recordando su validez y valores, así como los peligros que pueden desviarla de su función complementaria de las ceremonias litúrgicas. Señala una serie de orientaciones para armonizarlas, refiriéndose expresamente a la representación de la Pasión de Cristo, lo que supone reconocer su valor.

En los últimos años, las máximas autoridades eclesiásticas de nuestro país, se han ocupado especialmente de todo lo relacionado con la Semana Santa, lo que supone reconocer su relevancia. En primer lugar, la pastoral de los obispos del sur de España sobre cofradías y hermandades, fechada en 1988. En este texto, los prelados de las archidiócesis de Sevilla y Granada señalan que «en el momento presente se contempla en el Sur de España un interés creciente por las manifestaciones católicas de religiosidad popular», añadiendo que «la reevangelización de nuestra sociedad es una tarea urgente«, atribuyendo a las cofradías esa función en una sociedad secularizada. Ejemplo de lo dicho, sería la procesión magna que tuvo lugar en Córdoba el pasado 14 septiembre del 2013, en la que participaron 18 pasos, que ha tenido lugar en otras muchas localidades. Hay que destacar que se repetirán eventos de este tipo, auspiciados por las máximas autoridades eclesiásticas, entiendo por el interés de que se plasme en la calle el arraigo de la religión católica en España.

Esta cuestión cobra mayor importancia en el momento actual, pues vivimos en una sociedad secularizada, fomentándo desde determinados ámbitos un laicismo como sinónimo de modernidad, que yo entiendo supone una pérdida de valores. Esto nos plantea a los cofrades una importante autocrítica, pues ¿cuando somos agentes reevangelizadores?, el día de la procesión, durante la Semana Santa, o la Cuaresma, ¿y el resto del año?.

Por su parte las distintas administraciones públicas, valoran especialmente la dimensión folclórica de estas expresiones de religiosidad popular, hasta el punto de considerarlas un bien de interés cultural. Fiel reflejo de esta actitud, es la regulación legal que de las declaraciones de interés turístico de nuestra comunidad autónoma, ha hecho la Consejería de Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía.

Muchos pueblos y ciudades de nuestra región, han cumplimentado o lo hacen en la actualidad, los trámites exigidos con el fin de obtener la tan ansiada declaración de fiesta de interés turístico, que permite a esos municipios disfrutar de una serie de ventajas, primando la positiva repercusión económica que pueden recibir.

También se crean rutas turísticas que traspasan el ámbito provincial, cuyo principal activo es precisamente, la Semana Santa y las tradiciones seculares de los pueblos que la integran. Esta forma de proceder, si bien es interesante desde un punto de vista económico, supone un grave peligro no solo para el aspecto religioso de la Semana Santa, sino también para su dimensión como referente de identificación colectiva. El que parte de los rituales festivos, comiencen a estar contemplados y orientados desde una lógica mercantilista, puede conllevar el que para que vengan más visitantes, se cambien las fechas de su celebración, o se supriman o añadan algunos rituales para hacerlos más atractivos, para que puedan ser vendidos más fácilmente, a quienes no conocen ni le interesan sus claves simbólicas que los explican.

Por último hemos de hacer una llamada de atención a las juntas de gobierno que muchas cofradías, que no procuran la puesta en valor de sus tradiciones propias. Los pregones de Doña Mencía, al igual que ocurre en otras localidades, supone una puesta en valor de la rica historia de su Semana Santa. Su puesta en valor, puede servir de elemento dinamizador y que potencia sus señas de identidad propias, debiéndose conservar su cultura y tradiciones como valores identificativos y diferenciadores, pues como señalaba el historiador don Antonio Domínguez Ortiz, ningún grupo humano mantiene su propia identidad sí desprecia su pasado al olvidar sus tradiciones. Esta cuestión cobra hoy más importancia pues muchas veces el proceso de “globalización” en que se halla inmersa la sociedad, nos lleva a cierta uniformidad en cuanto a las formas y comportamientos colectivos en las fiestas religiosas, adoptándose un modelo estético que es ajeno a nuestras tradiciones.

1 Además de la procesión de Jesús Nazareno, se cantan pregones por parte de la cofradía de Evangelistas y Pregoneros en los siguientes desfiles pasionistas: el Lunes Santo, con Nuestro Padre Jesús orando en el Huerto de los Olivos; Martes Santo al final de la procesión de Nuestro Padre Jesús Cautivo; Miércoles Santo por la tarde con la cofradía de San Juan Evangelista y María Magdalena; en la procesión del Silencio durante la noche del Miércoles a Jueves Santo con el Cristo del Calvario; Jueves Santo con el Cristo de la Columna y la Virgen de los Dolores y la cofradía de los Apóstoles;, Viernes Santo con la cofradía del Santo Sepulcro.

2 HERRERA MESA, P.P.: Cofradías y celebraciones pasionistas en los sínodos diocesanos cordobeses del Siglo XVI. En Actas del II Congreso de Historia de Andalucía. Historia Moderna Tomo III, pp. 211- 213.

3Concilio de Trento, Sesión XV.

4Concilio de Trento, Sesión XV: “Enseñen diligentemente los obispos por medio de la historias de los misterios de nuestra redención, expresados en pinturas y en otras imágenes, se instruye y confirma al pueblo en los artículos de la fe, que deben ser recordados y meditados continuamente y que de todas imágenes sagradas se saca gran fruto, no solo porque recuerdan a los fieles los beneficios y dones que Jesucristo le ha concedido, sino también porque se ponen a la vista del pueblo los milagros que Dios ha obrado por medio de los santos y ejemplos saludables de sus vidas, a fin de que den gracias a Dios por ellos, conformen su vida y costumbres a imitación de la de los santos, y se muevan a amar a Dios y a practicar la piedad«.

5 FERNÁNDEZ DE PAZ, E.: La influencia de la Contrarreforma en la configuración de la Semana Santa andaluza. En Religión y Cultura Tomo II, Sevilla 1999, pp. 500- 501.

6 MELGAR REINA, L y MARÍN RUJULA, A.: Saetas, pregones y romances litúrgicos cordobeses. Córdoba 1987. En este libro se recogen los correspondientes a Pozoblanco, Montoro, Puente Genil, Castro del Río, Baena, Cabra, Doña Mencía e Iznajar, guardando todos ellos un notable parecido.

7 CANTERO MUÑOZ A.: Religiosidad Popular y Semana Santa en la Iglesia Dominicana de Doña Mencía Siglo XVI-XVIII, Córdoba 2003 páginas 19-44. Tenía su origen en los privilegios que se concedieron cuando se convirtió en parroquia la primitiva iglesia el 9 de febrero de 1422, con la facultad que tenía el párroco de cobrar los diezmos, beneficio que comenzaron a disfrutar los dominicos de forma irregular cuando se hicieron cargo de la parroquia en la década de los años 20 o 30 del siglo XV. Y que se consagró definitivamente en 1487, en virtud de Bula de Inocencio VIII, que reconoció ese derecho a los hijos de Santo Domingo de Guzmán. Y como señala María Dolores Muñoz Dueñas en su libro “El diezmo en el obispado de Córdoba”,

8 CANTERO MUÑOZ A.: La singularidad de la parroquia de Nuestra Señora de Consolación de Doña Mencia (Córdoba) durante la Edad Moderna. En V Jornadas de Historia en la Abadía de Alcalá la Real. Iglesias y fronteras. Homenaje a José Rodríguez Molina. Jaén 2005.

9 MUÑOZ DUEÑAS, MD: El diezmo en el obispado de Córdoba. Córdoba 1988, página 105.

10 (A)rchivo (H)istórico (N)acional, Consejos 15786. “la visita que se hizo en 3 de mayo de 1672 por el licenciado Dn Francisco de Craso, Visitador General de este Obispado, por el Ylmo Sor Dn Francisco de Alarcón, se encarga a dicho Prior el cuidado de todas las Hermandades y Cofradías de esta Villa, que proceda contra los Hermanos Mayores, y cofrades de todas ellas, obligándoles a que dentro del termino que le señalen, haga cada una elección del Hermano Mayor y de Oficiales, asistiendo a dichas elecciones, y presidiéndolas y tomando cuentas por ante Notario que de de ello fee”.

11 CANTERO MUÑOZ, A: Religiosidad Popular y Semana Santa en la Iglesia Dominicana de Doña Mencía Córdoba 2003 páginas 158-161.

12 (U)NIVERSIDAD (S)EVILLA. Papeles varios reunidos por Miguel de Arcos. Sentencia contra M. P. Fray Juan Bautista Carrió por aserto de este convento de Nuestra Señora de Doña Mencía. Signatura 333-166 (17). Este documento tiene una importancia excepcional, pues hasta ahora es el único testimonio que hemos encontrado referente a las visitas del convento de Santo Domingo por parte de los provinciales de la Orden de Predicadores.

13 CANTERO MUÑOZ A.: “San Pedro Mártir de Verona Patrón de Doña Mencía”. Doña Mencía 2005.

14 asy mesmo resulta contra VP el dicho Pe y reo q el Jueves Sto del año pasado estuvo VP hablando con ella gran parte de la noche Sta sentado en un poyo de la Capilla Mayor y ella sentada de parte de fuera de la ygtia mientras estavan predicando la Pasión de Xo nro P y exartación a la disciplina con vehementes indicus de que saliendo la Procesión de los disciplinantes con todo el pueblo delante, se quedó VP con la dicha mugercilla en la ygtia”.

15 (A)rchivo (H)istórico (P)rovincial de (C)órdoba. (P)rotocolos (N)otariales (D)oña (M)encía. Mateo Gomez 1684, Legajo 7951, folio 315 recto. En el mismo sentido se expresa Juan del Campo, en su ultima voluntad fechada el 20 de octubre de 1707: “Declaro debo a (…) y a Esteua Cubero, Cuadrillero de Cruces de la Cofradia de Jesus Nazareno dos reales, limosna de ua misa de un ermano difunto”. El referido documento se encuentra en AHPC PNDM Juan Galiano Moreno 1707, Legajo 8020 folio 123 recto.

16 SÁNCHEZ MOHEDANO, G.: «Don Juan Valera y Doña Mencía«. Córdoba 1948, y ha sido vuelta a imprimir en el año 2001. En esta obra se pone de manifiesto que a pesar de que Juan Valera nació en Cabra (Córdoba), su familia era natural de Doña Mencía y refleja como buena parte de sus novelas tienen como punto de referencia la citada población o sus vecinos.

17 AHN (O)rdenes Militares (S)antiago. Expediente de do Juan Jose Alcala Galiano Benegas de Saabedra, Legajo 234.

18AHPC PNDM Pedro Ruiz Alguacil, 1675, Legajo 8007.

19 MONTAÑEZ LAMA J.: Historia de la Iglesia Dominicana de Doña Mencía. Boletín Real Academia de Córdoba nº 57 (1957) página 227. Este erudito local, nos hace saber de forma expresa la participación de la imagen de Juana de Aza, madre de Santo Domingo de Guzmán como Verónica en el Sermón del Paso: “Es curiosa la historia de las transformaciones porque ha pasado esta Imagen. Hasta el año 1818 en que se hizo por última vez el Paso de Semana Santa, estuvo sirviendo de Verónica. Después quedó como Imagen de la Virgen para las procesiones claustrales. Beatificada en 1826 como madre de Santo Domingo, los religiosos transformaron la antigua Verónica en Beata Juana de Aza, adquiriendo otra imagen de la Virgen que es la que hoy existe. Y por último en 1896 se hizo un simulacro del Paso por última vez, y volvió a ser Verónica. Desde entonces viene representando el doble papel de Beata Juana”.

20 Cuadrilla de Pregoneros y Trompeteros de la Cofradia de Jesus Nazareno de Doña Mencia. Libro de Pregones de la Semana Santa de Doña Mencia. Doña Mencia 2010.

21ARANDA DONCEL, J.: Ilustración y Religiosidad Popular en la Diócesis de Córdloba: La actitud de los Obispos frente a las celebraciones de Semana Santa (1743-1820) Primer Congreso Nacional de Cofradías de Semana Santa. Zamora 1987 páginas 305-318. Este autor realiza un exahustivo estudio de las normas dictadas por los titulares de la silla de Osio contrarias a las tradicionales manifestaciones de religiosidad popular que tenían lugar durante las procesiones de Semana Santa.

22 CANTERO MUÑOZ, A.: Religiosidad Popular y Semana Santa en la Iglesia Dominicana de Doña Mencia Siglos XVI-XVIII. Doña Mencia 2003 páginas 235-247.

23 MONTAÑEZ LAMA J.: Historia de la Iglesia Dominicana de Doña Mencía. Boletín Real Academia de Córdoba nº 57 (1957) página 275.

24 CANTERO MUÑOZ A.: Historia de la Semana Santa de Doña Mencía 1800-2005. Doña Mencía 2005, páginas 69-94.

25 CANTERO MUÑOZ A.: Historia de la Semana Santa de Doña Mencía 1800-2005. Doña Mencía 2005, páginas páginas 255-270.

26(A)rchivo (G)eneral (O)bispado (C)órdoba. Secretaría. Incidente promovido entre el Señor Cura Párroco de Doña Mencía y el Señor Marqués de la Paniega, sobre asistencia a las procesiones de Semana Santa 1883.

27 Archivo Cofradía de los Apóstoles. Libro de Actas. El estudio del referido reglamento se puede consultar en mi libro “Historia de la Semana Santa de Doña Mencía 1800-2005”, páginas 82-87.

28 JIMÉNEZ URBANO, J.: Cosas de nuestra Semana Santa. En El Bermejino nº 89 abril 1987.

29 CANTERO MUÑOZ, A.: Incendio y destrucción de la antigua Iglesia Dominicana de Doña Mencía en septiembre de 1932. En Motril Cofrade 2006

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