LOS DISCIPLINANTES EN LA SEMANA SANTA DE DOÑA MENCIA
Publicado por Antonio Cantero Muñoz, en la Revista de la Junta de Cofradías de Doña Mencía El Rezaor 2014
El presente trabajo tiene por objeto dar a conocer un importante testimonio documental, que acredita la presencia de los disciplinantes en las celebraciones pasionistas de nuestra localidad. Es sabido que los hijos de Santo Domingo de Guzmán monopolizaban las manifestaciones de religiosidad popular1, impulsando aquellos aspectos con los que estaban más vinculados. La disciplina pública está muy relacionada con el dominico valenciano San Vicente Ferrer. Por tanto, no es de extrañar que desde el convento de Santo Domingo se fomentó su práctica, al ser un medio de expiación de los pecados.
La cofradía de la Vera Cruz y Cristo de la Columna hacía estación de penitencia en la noche del Jueves Santo, pero con carácter previo tenían lugar una serie de actos que servían de preparación. En primer lugar y en la Iglesia Dominicana, el Sermón del Mandato, donde el predicador hacía saber al pueblo inculto e ignorante en los misterios y verdades de la fe, que Jesucristo aceptó la decisión de Dios de sufrir la vergüenza y escarnio de ser azotado por gentiles, derramando en la Sagrada Columna su sangre (igual que en la Santa Cruz) para redimir al género humano.
A su término, y previo a la procesión tenía lugar el Canto de Tinieblas2, y se disponía de un candelabro especial, llamado tenebrario, que tenía 15 velas o cirios amarillos que representan a los 11 apóstoles que permanecieron tras la traición del Iscariote, las tres marías (María Salomé, María de Cleofás y María Magdalena) y a la Virgen María, en la persona de un cirio más destacado que los otros. Tanto las luces del templo como los cirios se iban apagando uno tras otro tras el canto de los salmos para que al final quedase encendido sólo el cirio que más destaca al acercarse la muerte del Redentor (los apóstoles lo fueron abandonando y el templo va quedando en tinieblas, por eso el nombre del Oficio). Al llegar al último cirio, se cantaba el Miserere (Salmo 50 (51)) y el cirio se sitúaba en la parte posterior al altar ocultándolo, simbolizando la entrada de Jesús en la sepultura y la permanencia de la Iglesia en espera de la Luz que surgirá en la Vigilia Pascual.
A continuación tenia lugar una plática dirigida especialmente a los hermanos de sangre, pues esta era una nota de esta cofradía junto con la del Dulce Nombre de Jesús y Santo Sepulcro, mientras que la del Nazareno era distinta, y consistía en portar cruces al hombre. A su fin comenzaba la estación de penitencia, en la que participaba la Santa Cruz, el Cristo de la Columna y la Virgen de los Dolores, con la presencia de los hermanos de sangre, pues se azotaban las espaldas con látigos, como medio de expiación de sus pecados.
Nuestra afirmación se basa en un testimonio documental que tiene por fecha el 11 de febrero de 1627, si bien relata hechos ocurridos en 1626, por lo que su antigüedad es anterior. Se trata de una sentencia dictada por fray Domingo de Molina, prior del convento de Regina Angelorum de Sevilla y visitador del convento de Nuestra Señora de Consolación contra fray Juan Bautista Carrión que era su prelado en aquella época3. Y nos aporta diversa información de distinta índole4, pero como hemos apuntado, la más importante acredita que la cofradía de la Vera Cruz y Cristo de la Columna era de sangre:
“asy mesmo resulta contra VP el dicho Pe y reo q el Jueves Sto del año pasado estuvo VP hablando con ella gran parte de la noche Sta sentado en un poyo de la Capilla Mayor y ella sentada de parte de fuera de la ygtia mientras estavan predicando la Pasión de Xo nro P y exartación a la disciplina con vehementes indicus de que saliendo la Procesión de los disciplinantes con todo el pueblo delante, se quedó VP con la dicha mugercilla en la ygtia”.
1 CANTERO MUÑOZ A.: “Religiosidad popular y Semana Santa en la Iglesia Dominicana de Doña Mencía Siglos Xvi-XVIII” Córdoba 2003.
2 Archivo General Obispado Córdoba. Despacho Ordinario. Inventario 1811: “Un tenebrario con sus cubillos de bronze para las tinieblas”.
3 (U)NIVERSIDAD (S)EVILLA. Papeles varios reunidos por Miguel de Arcos. Sentencia contra M. P. Fray Juan Bautista Carrió por aserto de este convento de Nuestra Señora de Doña Mencía. Signatura 333-166 (17). Este documento tiene una importancia excepcional, pues hasta ahora es el único testimonio que hemos encontrado referente a las visitas del convento de Santo Domingo por parte de los provinciales de la Orden de Predicadores.
4 CANTERO MUÑOZ A.: “San Pedro Mártir de Verona Patrón de Doña Mencía”. Doña Mencía 2005.