Datos y noticias sobre la ascendencia de don Juan Valera tomados del Archivo Municipal de Doña Mencía

 en Protagonistas

Publicado Gregorio Sánchez Mohedano en el libro titulado «Don Juan Valera y Doña Mencia» Cabra 2001 2ª Edición pp. 29-35.

Escritura pública que recoge la fundación en Doña Mencía del mayorazgo de la familia Valera, a comienzos del siglo XVIII.

 

Los apellidos Valera, Roldán, Alcalá y Galiano aparecen constantemente en los viejos escritos del archivo del Ayuntamiento de Doña Mencía, ya aislados, ya unidos por matrimonios, y los dos últimos formando a veces el compuesto que llevaba nuestro insigne escritor.

En el año 1653 en que se verificó la compra de la jurisdicción de este pueblo al Sr. duque de Sessa, era Regidor un Francisco López Alcalá y en 1654 en un reparto para pagar en Baena el uso del monte Horquera, aparecen don Juan Valera Roldán con 18 reales, don Juan de Alcalá con 12 reales y don Salvador Valera con otros 18 reales. En un acta del Cabildo de 1680 figura como alcalde y juez ordinario don Juan Alcalá Galiano, y como alguacil mayor don Juan Valera Roldán. En 1701 era alcalde ordinario don Jacinto Roldán Galiano. De este mismo año de 1701 aparece un documento en el que el Sr. duque de Sessa da las gracias a don Miguel Francisco Alcalá-Galiano Barnuevo, alcaide del castillo y fortaleza, que salió con los milicianos que correspondieron a Doña Mencía para el socorro de Gibraltar.

En el año 1751, con motivo de unas operaciones censales y catastrales llevadas efecto para el establecimiento de la llamada Única Contribución, encontramos los siguientes preciosos datos sobre los ya próximos ascendientes de don Juan Valera.

En dicho año 1751 era alcalde mayor de esta villa, por no haberlos ordinarios en ella, don Diego Alfonso Valera Roldán, hijodalgo de 50 años. Formaban parte del mismo Concejo como regidor-capitular, don Juan Miguel Valera y Galiano, hijodalgo, de 25 años. Era hijo del anterior y podría ser su segundo apellido Alcalá-Galiano, puesto que su madre, según otros documentos, era doña Cristobalina Sancha Alcalá-Galiano Flores y Calderón.

Figuran también en el censo, don Pedro José Valera Roldán, hijodalgo, con ocho hijos. Don Juan Santos Valera, clérigo capellán. Don Salvador Antonio Valera Roldán, presbítero y comisario del Santo Oficio. Don Juan de Alcalá-Galiano Roldán. Doña Victoria de Alcalá-Galiano, viuda con dos hijos y cuatro hijas.

También aparece don Juan Alcalá-Galiano Flores y Calderón, casado, caballero del Orden de Santiago, gobernador del estado de Baena, alcaide del castillo fortaleza de esta villa; figura con cuatro hijos varones, el uno mayor de 18 años, caballero del mismo orden, los tres restantes de menor edad, uno mudo, y los otros dos estudiantes y tres hijas. Aparece asimismo doña Jerónima de Alcalá-Galiano, soltera de 76 años.

El nombrado antes don Diego Alfonso Valera Roldán, transbisabuelo o tercer abuelo de don Juan, como más adelante quedará demostrado, figura poseyendo en referido censo, además de diversas fincas rústicas, una casa en la calle Llana que es, dice, la de su habitación. Tiene quince varas de frente y catorce de fondo, consta de cuarto bajo y encaramado y confronta por una parte con casa de don Salvador Valera, presbítero, y la otra de doña Jerónima de Alcalá-Galiano. Esta casa es la mantenida abierta por los Valera hasta bien entrado el siglo XIX y la que habitaba don Juan todo el tiempo que permanecía en Doña Mencía.

Por otra parte don Juan Alcalá-Galiano Flores y Calderón, que habremos de reputar también como transbisabuelo o tercer abuelo de don Juan por linea materna, y que aparece en unos autos contra el vecino Baltasar de Lastres en el año de 1768, con el nombre de don Juan de Alcalá-Galiano, caballero del Hábito de San Thiago, marqués de la Paniega, gobernador de este Estado de Sessa y vecino de esta villa, poseía la casa llamada todavía de la marquesa de la Paniega, hoy propia del Ayuntamiento de Doña Mencía, que la destina a casa-cuartel de la Guardia Civil. Era ella su casa habitación y dice la descripción que confronta con la de doña Victoria de Alcalá-Galiano.

Entre otras fincas rústicas, poseía este señor la casería denominada “La Paniega”, circundada de terreno de una extensión, en una sola linde, de 63 fanegas y 3 celemines.

Resulta evidente, que la estirpe de los Alcalá-Galiano, que tantos hombres ilustres en las armas y en las letras ha dado a la Patria, ha tenido origen o cuando menos a vivido durante siglos en este pueblo. De estos hombres destacados, unos nacieron en Cádiz, posiblemente por ser marinos sus padres; otros en Madrid, por causas semejantes; algunos en Cabra, como el célebre don Dionisio Alcalá-Galiano, nieto del anterior, muerto gloriosamente en la batalla de Trafalgar, padre de don Antonio Alcalá-Galiano, el destacado político e historiador y de doña Dolores Alcalá-Galiano, madre de nuestro don Juan Valera1; y otros en Doña Mencía, así don Vicente Alcalá-Galiano que nación en 1758, nieto probablemente del relacionado don Juan Alcalá-Galiano Flores y Calderón, que fue Comisario de Guerra, Hacendista, Director General de Rentas, Consejero de Hacienda y Tesorero General.

En 1791, los títulos de caballero de Santiago y marqués de la Paniega, los llevaba don Miguel Alcalá-Galiano y es regidor don Juan José Valera, que en 1807 también ostenta la regiduría. Es probablemente el que casó en el Puerto de Santamaría con doña María Josefa Viaña, que casado con doña Dolores Alcalá-Galiano y Pareja, fueron los progenitores inmediatos de don Juan Valera.

Ya en los tiempos de la Guerra de la Independencia, decrece considerablemente el número de personas que en este pueblo llevan los apellidos Valera o Alcalá-Galiano; tal vez levantaron su residencia de aquí en este periodo de inseguridad general, ante la invasión de un ejercito enemigo, y el peligro que les suponía ser personas de abolengo castrense y de mucho viso en un pueblo de un reducido vecindario.

Figuran como contribuyentes forasteros en los finales de la guerra, con motivo de los fuertes tributos que imponía el invasor, entre otros de idénticos apellidos, don Salvador y don Casimiro Valera, éste último maestrante de la Real de Ronda, don Antonio Alcalá-Galiano, la marquesa de la Paniega y en cierto reparto aparece la denominación de “los bienes secuestrados de don Antonio María Alcalá-Galiano”.

Con posterioridad, por el año 1843, vuelve a aparecer el marqués de la Paniega, avecindado en Doña Mencía en su casa, calle Vuelta de Sacramento, la que se dice antes está destinada a casa-cuartel de la Guardia Civil, continuando sin interrupción hasta el año 1859, en que desaparece su nombre definitivamente.

Pero la ascendencia paterna de don Juan Valera aparece, de los documentos que obran en este Archivo Municipal, deslindada perfectamente en muchas generaciones, a causa de la fundación de un vínculo por el Presbítero don Pedro Valera Roldán, nacido en Doña Mencía en 1651, hermano del cuarto abuelo de don Juan, llamado también don Juan Valera Roldán, cuyo vínculo tenía por objeto dotar con cincuenta escudos cada año a la doncella pobre de su estirpe, en grado más próximo, que fuese a contraer matrimonio.

En los expedientes que con tal motivo se instruían, se acompaña un árbol genealógico demostrativo del parentesco de la solicitante y por la importancia que tiene en este modesto trabajo, la demostración sináptica de uno cualquiera de los árboles, tratamos de reproducirlo a continuación, omitiendo la parte colateral por carecer de interés a nuestro objeto, si bien agregamos una hijuela de la rama que nos interesa.

1A poco de dar a la imprenta este libro se advirtió el error de que Alcalá-Galiano, el marino, fuese abuelo de don Juan Valera, como se deja indicar. El mismo don Juan en las notas biográficas y críticas que escribió sobre don Antonio Alcalá-Galiano, hijo del héroe de Trafalgar, dice: “En la misma ciudad en que yo nací, en Cabra, había nacido el padre de don Antonio, el sabio marino don Dionisio Alcalá-Galiano, que en el combate de Trafalgar, cerró, cual varón fuerte, gloriosa vida con heroica muerte. Y en la cercana villa de Doña Mencía, en espacioso y elegante templo, testimonio, si no de riqueza, de la piedad, desprendimiento y devoción de sus antiguos habitantes se ven, desde hace dos siglos, los retablos de roble esculpido y dorado, las capillas y las bóvedas sepulcrales de las familias de los Galiano y de mi madre, y que llevan aún el mismo apellido. Mi parentesco con don Antonio, no era, pues, muy cercano, pero por las expresadas circunstancias, parecía más íntimo y de más valer que si lo fuese”. El error pudo padecerse, precisamente ante esa familiaridad entrañable, si bien respetuosa, que se observa en don Juan cuando se dirige o nombra a don Antonio llamándole su tío. Y mi observación no es más que el deseo de que no trascienda esa apreciación equivocada.

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