El Bermejino: Don Juan Valera y las Fiestas de Jesús en Doña Mencía

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Publicado por José Montes Cubero en El Bermejino nº 130, septiembre 1990.

Plaza del Pradillo, donde tenían lugar las celebraciones festivas en Doña Mencía.

Es extraordinariamente frecuente encontrar en las obras de nuestro ilustre paisano, don Juan Valera, narraciones, descripciones y alusiones a personajes, lugares y acontecimientos de la vida social, de este su pueblo: Doña Mencía, ora como Villalegre, ora como Villabermeja.

En esta ocasión y con motivo de las fiestas en honor de Nuestro Padre Jesús Nazareno, he recogido en este artículo las diferentes referencias, que tan insigne autor hace sobre esta festividad, y que aparecen en las cartas del recién publicado libro de doña Matilde Galera y el profesor Cyrus de Coster: «Cartas a su mujer«.

Cuenta fray José Cantero en su obra, de 1801, «Compendio histórico del convento de Ntra Sra de Consolación«, que, en 1680 estando el pueblo afligido con la terrible peste que padecía toda Andalucía, decidió sacar en procesión la imagen del Santo Cristo de la Caridad al que se le tenía una enorme devoción. Habiéndola llevado hasta el hospital, fue tal la mortandad en los enfermos, que apenas quedó otra procesión de penitencia, llevando una imagen de Jesús Nazareno, que estaba muy olvidada y a la que no se le rendía culto, salvo en el Viernes Santo; y habiéndola realizado, se experimentó una casi repentina mejoría, cesando desde aquel día el contagio. «Y en este reconocimiento de tan singular beneficio, votó la villa hacer fiesta todos los años en el día 14 de septiembre, como lo cumple con toda la magnificencia posible«.

Desde entonces, la devoción a Jesús Nazareno ha venido compitiendo en una rivalidad «santa» con la devoción a San Pedro Mártir de Verona, patrón del pueblo. Fe de ello da nuestro ilustre cronista en una carta escrita a su mujer, y fechada en Doña Mencía, 12 de septiembre de 1872, y dice así: «El 14 es día de Nuestro Padre Jesús, patrono del lugar en competencia con San Pedro Mártir de Verona, el cual es tamaño como un pepino y hace más milagros que cinco mil demonios«.

Tradicionalmente la imagen de Jesús ha estado entroncada con las familias aristocráticas de la localidad, llegándose incluso a pleitear por el cargo de hermano mayor. Volviendo a la epístola citada anteriormente: «la imagen con la cruz a cuestas es de nuestra familia. El señorito -Francisco Muñoz Valera, primo segundo de Valera- tiene usurpadas las funciones de hermano mayor, pero José Freüller y Alcalá-Galiano, hermano de madre de Valera y heredero del título de marqués de la Paniega -trata de reivindicarlas. Por este año, con todo, aun será el señorito quien se luzca, sacando a Jesús en procesión«.

Varios años debió durar este pleito, ya que en carta de 16 de septiembre de 1883, Valera escribe a su hermana Sofia: «Mi hermano Pepe, que triunfó al fin en la guerra que tuvo con los Muñones por la hermandad mayor de Nuestro Padre Jesús, es posible que venga en un día a otro a Doña Mencía, a gozar de su triunfo«.

Desde la embajada de Viena escribe don Juan a su mujer el 5 de julio de 1895, refiriéndose a los arreos que había tenido que comprarle al portero de la embajada y que aunque costosos eran muy elegantes, y consistían en: porra, tricornio, bandolín, talabarte y un traje pomposo, «haré que me los envíen para que, en Doña Mencía, lleve los arreos del portero el que vaya de hermano mayor (en otra ocasión dice que serían para el administrador de su hermano Pepe, para cuando lo representara) en la procesión de Nuestro Padre Jesús«.

Por la pluma de tan insigne cronista conocemos también como se celebraba la fiesta hace más de cien años. Escribe a su mujer el 12 de septiembre de 1872: «La velada de la víspera dicen que será espléndida: habrá mucho turrón de todas clases; grande abundancia de gitanas friendo buñuelos, chochos, avellanas, garbanzos todados y otras chucherías. Ha venido también una compañía de cómicos ambulantes, que va a dar lo menos 15 funciones«.

Tres días más tarde, el 15 de septiembre de 1872, vuelve a escribir: «Cuando ya menos se esperaba, vinieron ayer los músicos o caga-lentejas. Hubo misa y sermón por la mañana con música. Procesión con música por esas calles, en la cual iba Nuestro Padre Jesús con un manto de riquísimo terciopelo bordado de oro y una inmensa curz a cuestas, con remates de plata dorada. Por la noche tuvimos velada en el Pradillo, -hoy plaza de Andalucía- donde la música estuvo tocando hasta las 12, y donde todo el pueblo, señoritos y gente menuda, se paseó y solazó, y comió turrón, garbanzos tostados, avellanas y otras chucherías. El olor a aceite de los buñuelos embalsama el aire«.

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