La devoción al Cristo de la Salud en tierras cacereñas: los casos de Trujillo, Aldea del Obispo y Garciaz

 en Religiosidad Popular

Publicado por Antonio Cantero Muñoz en Actas del I Congreso Nacional la Advocación de la Salud, Córdoba 2005, pp. 541-556.

Una de las notas que caracteriza las manifestaciones de religiosidad popular, es la riqueza de su contenido y diversidad a la hora de expresarse. Aprovechamos esta oportunidad, para intentar reflejar el arraigo de ésta devoción en algunas localidades de la provincia de Cáceres, concretamente en la ciudad de Trujillo y en la cercana población de Aldea del Obispo, así como Garciaz que forma parte de la comarca de las Villuercas. Pretendemos hacerlo de forma que al referirnos al culto que han recibido unas imágenes en diferentes épocas, reflejamos de forma pedagógica las múltiples dimensiones de este fenómeno.

LA DEVOCIÓN AL CRISTO DE LA SALUD EN TRUJILLO DURANTE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX

Es una de las más enraizadas y antiguas de esta importante ciudad cacereña, existiendo dos imágenes con este título. Nos vamos a centrar en la que recibe culto en la ermita de San Lázaro, aunque haremos algunas breves referencias a la que se encuentra en una capilla de la nave del Evangelio de la iglesia de San Martín, y cuya devoción ha decaído completamente en la actualidad. Se la puede fechar en el siglo XV1, que describe Ramos Rubio como una efigie de Jesús “clavado en la cruz, con la cabeza inclinada hacia su hombro derecho, tiene los ojos cerrados y la boca entreabierta. Su larga cabellera cae por la espalda y barba bífida, además de llevar una corona trenzada sobre la cabeza. Tiene muy bien talladas las costillas y tendones. Su figura se cubre con pericona corto, anudado en el centro, formando variados pliegues”.

El altar donde se encuentra el del gusto barroco, y se trata de una alegoría al Calvario, que tuvo una amplia difusión durante el siglo XVIII. La cruz significa el Gólgota como montaña cósmica y espiritual, donde fue creado y formado Adán, siendo el lugar donde sería crucificado Jesucristo el Hijo de Dios por los pecados de los hombres. De esta forma se relaciona el origen del hombre con el acontecimiento del Calvario, entendido como esperanza de salvación2. A la izquierda del crucifijo aparece una representación del sol, que desde un punto de vista iconológico significa la Verdad y la Nueva Ley, como contraposición a la luna que está a la derecha, y que es la representación de la Antigua Ley, careciendo de luz propia. A los pies hay una calavera y dos tibias, símbolo típico de que la piedad y muerte reinan por doquier, sirviendo además de recordatorio sobre la brevedad de la vida, la incertidumbre del futuro y la inanidad de lo humano.

Don Juan Tena Fernández señala que linajudas familias trujillanas le sentían especial fervor religioso3, como nos hace saber la reja plateresca que señala que se acabó en 1530, y que fue costeada por Luís Camargo y Beatriz Álvarez, o las armas de los Bejaranos que están en las intersecciones de las nervaduras de las bóvedas. También le donaron ornamentos para mayor embellecimiento de su altar, como resulta del testamento de Feliciano de Orellana Tapia, otorgado el 5 de diciembre de 1768:

mando para la decencia de la Capilla del Santísimo Cristo de la Salud, sita en la Parroquia del Señor S. Martín de esta Ciudad, un estrado de tafetán encarnado de friso y cortinas, y que una imagen del Señor Ecce Homo que me pertenece, sea puesta en el mismo altar sin que preceda fiesta de Iglesia”.

La otra efigie con ésta advocación preside el altar mayor de la ermita de San Lázaro, y a diferencia de la anterior, actualmente es una de las que mayor culto recibe por parte de todos los trujillanos. El marco temporal de nuestro estudio abarcará la segunda mitad del siglo XIX, aunque disponemos de testimonios documentales que acreditan la antigüedad del fervor religioso que siempre ha suscitado. Aportamos uno que se refiere a la rogativa que se hizo al Cristo de la Salud en 1770, para que pusiera término a una pertinaz sequía, que azotaba los campos amenazando las cosechas y el pasto agrícola, que son básicos en una zona eminentemente ganadera. Estas plegarias eran muy habituales durante el Antiguo Régimen, y que caracterizaban por ser una respuesta inmediata de la sociedad a situaciones difíciles y calamitosas en las que estaba en juego su propia supervivencia. Por ello eran expresiones religiosas muy espontáneas y reflejaban el fervor religioso del momento4.

El 1 de marzo de 1770 el Cabildo Municipal acordó que el Cristo de la Salud saliera en procesión desde su ermita hasta la iglesia de San Martín, donde permanecía nueve días, y para que los cultos tuvieran mayor solemnidad y boato, comenzarían con un solemne sermón5:

El Sr Correxor hizo presente a la Ciudad, que en atención a lo calamitoso de los tpos pr la falta de agua que se está experimentando era indispensable rrogar a Dios nro q se digne mirar con ojos de piedad la causa común, y que mediantte a que en esta Ciudad parece se esmera especialmente el zelo Christiano en tributar los reuerentes cultos al SSmo Christo de la Salud que existe en la Hermita de Sn Lázaro extramuros de esta Ciudad, le parecía mui conduzente que este Diuino Señor se condujese en procesión con el culto y uenerazión debida a la Yglesia Parroquia de Sor Sn Martín de esta Ciudad en donde por nuebe días continuos deuera permanecer recibiendo las adonarnes uenerazions debidas del Pueblo como se ha practicado en otras ocasiones y a exemplo de otras ciudades y uillas en que actualmente se están celebrando funciones iguales y oydo pr la Ciudad acordó así se ejecute y que sea la procesión el domingo próximo uenidero a la hora de las tres y la primera fiesta sea de qta de esta Ciudad con Sermón y todo el debido aparato”.

La ermita de San Lázaro se encontraba en mal estado a mediados del siglo XIX6, situación derivada de los avatares históricos de la época, al abandonar los condes de Canilleros el patronato que ejercían desde el siglo XVII y que era su sostén económico. En este estado de cosas don Francisco Reglado, sacerdote responsable de la parroquia de San Martín a cuya jurisdicción pertenecía la ermita, se hizo cargo del culto al Cristo de la Salud hasta su fallecimiento en 1880, y consiguió fomentarlo en un momento histórico de caracterizado por el decaimiento de todo lo relacionado con lo religioso7.

Nos servirá de apoyatura el Libro de Fábrica de la ermita, que contiene datos desde 1859 hasta 1964, pero que siempre se refieren de forma expresa a los gastos derivados de la devoción a la referida imagen, y que comienza con el Inventario de las alhajas y ropas del Sr de la Salud en este año de 1860 fechado el 31 de diciembre de ese año, cuyo tenor literal es el siguiente8:

Plata: un cáliz con su patena y cucharita; un baso pequeño; una presentalla de los Siete Dolores; unos ojos de plata ofrecidos pr Dª Angustias Orellana. Efigies: la del Señor de la Salud; la de Nuestra Señora del Buen Fin; la de San Lázaro; una pequeña de mármol de Nra Señora del Pilar; un crucifijo de metal. Ropas del Señor: tres pares de enaguas de terciopelo morado, los dos con galón, y el otro con guarnición. Tres frontales = Un paño de púlpito = Dos cubiertas de ule para el altar = Cuatro manteles para id = Tres vestidos para la Virgen = Dos sudarios pª la cruz = Tres albas = Tres pares y dos bolsas de corporales = Tres amitos = Tres cíngulos = Dos casullas = Tres corporales = Tres purificadores”.

El examen del documento citado nos va a permitir conocer los actos de culto organizados en su honor, que son un indicador harto elocuente del intenso fervor que despertaba entre amplios sectores de la población. Cada año se celebraba una novena que terminaba con la fiesta principal, que tenía lugar el primer domingo de mayo, por tanto en fechas coincidentes con la festividad de la Invención de la Santa Cruz, que se conmemora el 3 de mayo.

Los primeros datos que aportamos se refieren al año 1860, cuando se entregaron 20 reales “gastados en unos dulces y vino para los sacerdotes y cantores en el día de la función”; 16 reales por la conducción del piano que se utilizaba; 30 reales a los servidores por los días de la novena y fiesta; 52 reales y 17 maravedís a la cerera Agustina Sánchez por la renovación de 21 de una libra de peso; o los 12 reales pagados al sastre Pedro Avellanada por coser la colgadura y cortinas para que la ermita estuviera más ornamentada.

Ese año se procedió a arreglar la ermita, como resulta de los 120 reales dados con este fin por doña Josefa Palacios, otros 120 por doña Joaquina Pastor, o los 320 de don Lorenzo Aragón. Derivado del mantenimiento del edificio, constan los siguientes cargos: 19 reales al carpintero Antonio Cuadrado; 251 reales al herrero Manuel Gómez; 66 reales al hojalatero Joaquín Díaz, 262 reales a José Iglesias; 651 y 17 maravedís al maestro albañil Andrés Ordóñez.

Carecía de dotación económica, y todos los gastos eran sufragados en su mayor por las muchas y cuantiosas limosnas que siempre se hacían al Cristo de la Salud, como los 224 reales recogidos ese año durante la novena y fiesta del Señor. Fue muy relevante la aportación efectuada por don Diego Nevado, “quinientos de limosna al Señor y los ciento cuarenta restantes en calidad de reintegro”.

La identidad de los donantes refleja de forma evidente el cambio social producido en España, cuando la burguesía liberal se convirtió en la clase social dominante desplazando a la nobleza y clero, pues además del económico pasó a detentar el político, convirtiéndose en conservadora y fomentando un ideal cristiano que defendía sus intereses frente a los de la incipiente clase trabajadora. Esta nueva situación iba a provocar un conflicto con las nuevas ideologías laicistas y antirreligiosas, que cuestionaban los privilegios de una minoría apoyada por una Iglesia que justificaba el sistema social dominante, dando lugar a un modelo de manifestaciones de religiosidad popular que se iba a mantener hasta mediados del siglo XX con las siguientes características9:

A. La conservación de gran parte del antiguo sistema de devociones a ciertas imágenes, que se siguen considerando bienes sociales que hay que cuidar. Aunque los mayores conocimientos científicos permiten explicar en parte los fenómenos naturales adversos (terremotos, sequías, pestes), al igual que en épocas pretéritas, se seguiría utilizando el recurso a lo sobrenatural a través de las rogativas públicas, cómo única solución a estas difíciles situaciones.

Don Juan Tena Fernández señala que los trujillanos imploraron la protección al Cristo de la Salud, con motivo de las epidemias que de forma constante asolaron Trujillo durante el Siglo XIX10. Por esta razón don Francisco Reglado escribió la novena que aún se le reza, y que se refiere de forma expresa a este particular11. Otro testimonio que pretende reflejar este poder milagroso es el exvoto que se conserva en la sacristía de la ermita12, que representa al trujillano Francisco del Rosal cuando se caía desde las murallas del castillo de la ciudad, y que por su intercesión le salvó su vida, dedicándole por el citado exvoto.

B. Subsistencia del capital simbólico que disfrutan determinadas imágenes religiosas, que por la anterior significación social van a ser preservadas y conservados, a pesar de que las normas desamortizadoras y desvinculadoras las habían dejado sin sostén económico. A partir de ahora serían acaparadas por la nueva burguesía agraria y ganadera, que se ve legitimada en su posición de poder, al asumir la obligación de contribuir al mantenimiento de estos iconos protectores, que como hemos acreditado se consideran fundamentales para el bienestar colectivo. De esta forma se hace patente la posición de poder de la burguesía, pues hemos de tener muy presente que en nuestro país los actos religiosos han servido y sirven como lugar donde visualizar los cambios sociales y las relaciones de poder entre grupos sociales.

El otro recurso económico procedía de las subastas de bienes que se entregaban al Cristo de la Salud con ese fin, y que tenía lugar el día de la fiesta principal. Ésta práctica aun se conserva, siendo muchos los regalos que se le hacen llegar con este fin, estando bastante arraigada en la zona13. Son múltiples los ejemplos que constan en el Libro de Fábrica, y solo expondremos algunos representativos: los 167 reales por la rifa de una colcha en 1860; en el siguiente por una caja de dulce se obtuvo 184 reales, una rosca de bollo de leche 12 reales, un par de pichones valieron 8 reales; en 1866 importaron varios objetos pujados en la mesa 72 reales y 17 maravedís, y un neceser para señora 86 reales y 4 maravedís; en 1871 un tiesto de reseda, un cabrito, un borrego, cinco novenas; en 1883 “por la rifa de un corderito, se han recibido 37 reales, tocó a S. Lázaro y se vendió por 20 reales”.

Era habitual que cada año fuera superior el importe de los cargos al de los ingresos, siendo sufragada la diferencia por la persona encargada de las cuentas. Así en 1860 las deudas fueron 288 reales, 150 en 1862, 111 en 1863, 167 en el siguiente, 227 en 1865, y 119 en 1866.

El 14 de diciembre de 1867 don Gregorio Idelfonso Cidoncha, rector de la parroquia de Santa María la Mayor, visitador designado por el obispo de Plasencia don Gregorio María López y Zaragoza, “verificó de cuentas qe preceden desde el año de mil ochocientos sesenta hasta la fecha, sonde se anotan las limosnas recaudadas para sostener el culto del Señor de la Salud de la hermita de San Lázaro, qese halla al cuidado del actual Párroco de S. Martín D. Francisco Reglado, habiendo examinado sus partidas de cargo y data”, y fueron aprobadas con la salvedad de un pequeño error aritmético de 20 reales.

Las últimas dadas por don Francisco Reglado lo fueron el 13 de mayo de 1878, pues falleció el 14 de junio de 1880, haciéndose cargo del culto don Pedro Trancón, que por entonces era el párroco de Santiago14. De su análisis resulta que ese año se obtuvieron recursos económicos importantes, como fueron los 800 reales que por testamento dejó don Francisco Reglado, los 100 reales dados por el presbítero don Agustín Solís, y lo “recibido en pequeñas cantidades, para costear la obra de reparación que se ha verificado, en el trono para la Efigie del Señor, los nichos para la Virgen del Buen Fin, S. Lázaro”.

La importancia de los gastos que se reflejan en el Libro de Fábrica nos hace saber de la vitalidad de esta devoción en estos años, cómo los 245 reales obtenidos en una petición de limosnas por las calles de Trujillo efectuada en dos días. Fue preciso hacer una nueva sacristía, aportando por ésta razón los Condes de Canilleros 500 reales, el Ayuntamiento dio igual cantidad para reparar el atrio deteriorado por las lluvias, colaborando don Agustín Solís con 140 reales15. En 1884 se terminó la construcción de una nueva espadaña donde se colocaron dos campanas16, que importaron 1.521 reales, y como se habían recaudado solo 1.414 reales, “han faltado ciento siete rs que se incluirán si lo permiten los fondos del Señor”, cosa que se consiguió pues el 28 de diciembre de 1884 “quedan desempeñados los fondos del Señor con las limosnas que han resultado hasta la fecha”. Durante los siguientes años los apuntes contables reflejan los mismos conceptos de ingresos y gastos antes hemos señalado, si bien al fallecer don Pedro Trancón el 24 de enero de 1894 se hizo cargo don Miguel Calderón, y el 1 de julio de 1896 fue sustituido por don José Díaz Pulido17.

A continuación vamos a aportar algunos sobre la existencia en Trujillo, de una hermandad con la advocación del Cristo de la Salud que le rendía culto a ésta imagen. El primero está fechado en 1885, cuando aparece en el Libro de Fábrica un apunte de 20 reales “a la cofradía”, sin expresar de cual se trataba, lo que nos puede hacer pensar de la existencia de un cauce organizado que se encargaba de los actos de culto que hemos indicado, aunque no estuviera erigido canónicamente en debida forma.

Sin embargo tenemos constancia documental que a partir de la primera década del siglo XX, concretamente en 1921, existía en Trujillo una cofradía, aunque por ahora no sepamos la fecha exacta de su nacimiento18:

La moderna del Smo Cristo de la Salud. El número de cofrades es pequeño y se nota poco entusiasmo; se concreta a hacer novena y fiesta formal en su ermita”.

El dato anterior significa que en todo caso su creación es anterior a 1924, que era la fecha que señalaba Tena Fernández19. Disponemos de otro testimonio que nos hace saber que se titulaba Santísimo Cristo de la Salud y Virgen de la Victoria, que se encargaba de los cultos en honor de su titular en la ermita. Asimismo realizó importantes gestiones ante el Ayuntamiento para hacerse cargo de la restauración, conservación y ornato de la capilla de la Virgen de la Victoria en el castillo de la ciudad20. Esta petición fue aceptada, constituyéndose al efecto un patronato formado por la cofradía, la parroquia de San Martín y el Ayuntamiento21.

Su presidenta María Guillén de Bote, tesorera Josefa Vidarte de Higuero y Secretaria Julia Martínez de Blázquez, y el examen de la identidad de las personas que rubricaron esa solicitud, nos hacer saber que sus componentes formaban parte de las familias con mejor posición económica y social de Trujillo22.

Para finalizar diremos que en la actualidad multitud de trujillanos acuden a diario a rendir culto al Cristo de la Salud en la ermita de San Lázaro, que es cuidada con esmero y cariño por Francisco Murillo Muriel y su esposa Petra Murillo Duran.

EL CULTO AL CRISTO DE LA SALUD EN ALDEA DEL OBISPO23

El Santísimo Christo de la Salud que se halla colocado en su altar en ésta Yglesia Parroquial de Aldea del Obispo, al lado del Evangelio y entrando de la Sacristía, estaba antiguamente en la Yglesia matriz de Santa María del Carrascal; uiuia en dicho Carrascal un Negro llamado Antonio de la Cruz, hombre mui baliente: el qual se halla pintando en un quadrito junto al dicho altar, éste tenía grande deuoción con el dicho Santísimo Christo y con especialidad desde que unos serranos le tiraron un balazo, y aunque la herida fue mortal, según tradición y piedad christiana sanó repentinamente auiendose encomendado mui de ueras al dicho Santísimo Christo, y por lo que le dio unas pocas de cabras y cuidó siempre de su altar asta que murió: y el producto que iba saliendo de ellas se inuirtió, ya en hazerle y dorarle el retablo que tiene; ya en la obra que se hizo falta en esta Yglesia Parroquial desta Aldea, últimamente lo que produjeron asta que se acabaron todas, que fue el año de mill setecientos setenta y siete, no auiendo alaja especial en que se emplearlo. Determine comprar una casa, y que su producto o arrendamiento se invirtiese en adornar y dar decencia a su altar”.

En la parroquia de Nuestra Señora del Rosario esta localidad cacereña, existe otro crucificado con el título de Cristo de la Salud. Como nos hace saber el relato anterior24, que procedía de la desaparecida parroquia de Santa María del Carrascal, que fue suprimida a mediados del siglo XVIII por disposición del obispo de Plasencia25.

Su tenor literal es del típico documento que nos hace saber de la intervención milagrosa del Cristo de la Salud, a favor de una persona de raza negra que le era muy devoto. Pero hemos de tener muy presente que durante el Antiguo Régimen, los miembros de los grupos sociales marginados recurrían de forma habitual a devociones imágenes que suscitaban gran fervor religioso o la pertenencia a cofradías, como medio de integración social en la rígida y jerarquizada sociedad del Antiguo Régimen.

En el siglo XIX tenía su propio altar26, presidiendo en la actualidad el mayor. Hoy no suscita ningún fervor religioso, si bien participa en la procesión que cada Viernes Santo por la tarde organiza la parroquia, en la que desfila junto a la Virgen del Rosario vestida de Dolorosa, Nuestro Padre Jesús Nazareno y el Santo Sepulcro.

LA COFRADÍA DE LA VERA CRUZ Y EL CRISTO DE LA SALUD DE GARCIAZ27

Es villa realenga, pertenece a la Vicaría de la ciudad de Trujillo. […]. Ni es caveza de partido ni bicaría, es parrochia sin anejo, no ay convento, ni tampoco dentro ni fuera ay santuario, ni imagen de devoción para lugares estraños. Para el pueblo lo es el Santísimo Xripto de la Salud, que crucificado se venera dentro de la iglesia y aún no dejan de venir de promesa, a esta santísima imagen, dos o tres pueblos inmediatos”.

El geógrafo Tomás López nos hace saber, del gran fervor religioso que a finales del siglo XVIII suscitaba el Cristo de la Salud en Garciaz, y que alcanzaba a las poblaciones cercanas28. Por obvias razones de espacio y por tener la intención de abordarlo más adelante un estudio detallado, nos vamos a limitar a aportar algunas pinceladas, centrándonos en la segunda mitad del siglo XVII y en la vitalidad actual de ésta devoción, que sin ser el patrón oficial de la localidad, lo es de hecho para la gran mayoría de los garcieños.

Ésta imagen comenzó a recibir culto por la penitencial de la Vera Cruz, participando el Jueves Santo en su desfile procesional. Los primeros datos que podemos aportar están fechados en los primeros lustros del siglo XVII, por lo que su existencia es anterior, y los vinculamos al proceso de fundación de cofradías que con esta advocación tuvo una amplia difusión en nuestro país desde la segunda mitad del siglo XVI29. Era habitual que en la estación de penitencia de las cofradías de ésta advocación, participará una efigie de Jesús Crucificado con la advocación de la Vera Cruz o de la Sangre30, u otros, cómo el caso que analizamos de la Salud. Se trata del testamento de Inés González otorgado en 23 de abril de 163131 al disponer que “sea enterrado en la yglesia parroquial de Sr Santiago desta uª donde más lugar aya y me acompañen la cofradía de Sr Santiago y de la Cruz de quien soy hermano”.

En la parroquia de Santiago el Mayor se conserva un importante testimonio documental, que contiene importantes datos relativos a nombramientos de junta de gobierno, cuentas dadas por los mayordomos, así como las visitas que hicieron los representantes de la autoridad diocesana, cuyo marco temporal abarca desde mediados del siglo XVII hasta 182432.

Hemos dicho se trataba de una cofradía de sangre por azotarse sus componentes durante la estación de penitencia, aunque también participaban hermanos de luz, cómo nos hace saber la siguiente trascripción que refleja la importante disminución de hermanos sufrido en la procesión de 1672:

Diego Goncalez Agustín, alcalde desta Santa Cofradía, el Lzo Alonso Matheos y Bartolomé Fraco, regidores de esta dijeron que por quanto les consta que ua en mucha disminución la dicha cofradía por que no tan solamente se falta la obligación de la disciplina que para lo que fue instituida sino tanbien las luces, cosa de gran nota y las túnicas que todos tenemos obligación, mandaron se lleue de pena para dicha cofradía los que faltaron con luces a seis reales y los que faltaron con túncias y a la diciplina cinco reales cada uno”.

Por ser su penitencia mayor, podemos observar la discriminación positiva a favor de los hermanos de sangre a la hora de imponer las multas, situación que se volvió a manifestar el 31 de mayo de 1705, al acordarse una colaboración económica especial debido a las dificultades económicas que sufría la Vera Cruz33.

Las cuentas se tomaban a los mayordomos en la celebración de la fiesta de culto principal, que era la conmemoración de la Exaltación de la Santa Cruz. Así lo hizo el mayordomo Bartolomé Barbero con las del año 1671 “que cumplió el día de Santa Cruz de mayo de 1672”, permitiéndonos su examen conocer datos importan de ésta cofradía.

Los recursos económicos eran de variada procedencia, y además de multas cómo las que hemos visto, destaca lo obtenido por cuotas de entradas y herencias, “primeramente se hace cargo a el mayordomo de trescientos y cinco rs que montaron diez y nueve entradas y herencias que fue a su cargo la cobranza”. Cómo era habitual durante el Antiguo Régimen, sus bienes raíces estaban dados a censo, que aunque proporcionaban rendimientos escasos eran muy seguros: “más se le haze cargo de ocho mill y novecientos marauedis que importan veinte y quatro escrituras que tiene la dicha cofradía de diferentes personas y precios, que hazen duzientos y sesenta y un reales y medio, la renta que tiene oy la dicha cofradía en veinte y quatro escrituras”. Era importante lo obtenido por limosnas, que podían ser en metálico, “más se le hace cargo de cuatrocientos quarentta y nueve rs que ha valido la limosna de los segdos domingos de cada mes”; o en especie “más se le hace cargo de diez fanegas de trigo que tuvo de limosna”. De igual forma la venta de cera sobrante de los actos cultuales, “más se le hace cargo de doscientos y cincuenta y un rs que valieron las libras de la cera”. Las del año 1676 reflejan los 70 reales “en que se vendieron dos túnicas de la cofradía, una a Juan Cerrillo y otra a Juan Moreno de Blázquez

En el capítulo de gastos destacan los “cientto y diez rs que a gastado de aceite en la lámpara”, y los 561 reales de “cincuenta y ocho libras de cera que a comprado para dicha cofradía a diferentes personas”; los 193 reales y ocho maravedis pagados a los curas y sacristanes “por las misas dotadas y procesiones que tiene a cargo dicha cofradía”; los 30 reales de descargo por cada una de las doce misas celebradas a lo largo del año, una en cada mes.

De igual forma se sufragaban ornamentos para mayor decencia del altar donde recibía culto el Cristo de la Salud, y en las cuentas correspondientes al año 1675 aparece el siguiente apunte: “más se lepassan cientto y ochentta y dos rs q costó el velo para el Santo Xpto”. En 1680 fueron 22 reales para dos candeleros de madera

Antes de comenzar el desfile se decía el sermón del Mandato, donde el predicador hacía saber que Jesucristo aceptó la decisión de Dios de que derramara su sangre en la Cruz para redimir al género humano, contabilizándose 210 reales que se entregaron al predicador en 1671. También era habitual la presencia de música en los actos de culto, y en 1680 se satisfizo 30 reales a “Thomas Gómez, organista por su trabajo de ayer tocado el órgano en las fiestas de la cofradía”. Como indica Aranda Doncel34, a comienzos del siglo XVIII hubo una gran difusión de la práctica religiosa del Vía Crucis, que era un ejercicio de meditación pasionista, que también tuvo vigencia en Garciaz, pues en las cuentas correspondientes a 1705 “se le pasan cincuenta y dos Rs de hazer quatro cruzes nuevas para la Vía Sacra”.

Con motivo del desfile penitencial se gastó en 1671 “cinco fs de trigo que el Jueues Santto se massaron y dieron en pan cocido a los hermos”, y como era habitual en las cofradías de sangre 65 reales de “cinco @ de uino que se dio de limosna el Jueues Santto a los hermos de la cofradía de disciplina”, para que cicatrizaran sin infección las heridas causadas.

Otros desembolsos importantes era lo satisfecho por las misas ofrecidas a los hermanos fallecidos, que ese año supuso 7.920 maravedis. Y por supuesto también participaba la siempre presente Hacienda pública: “diez rs que pagó de subsidio y escusado”.

Los datos correspondientes al siglo XVIII repiten los conceptos antes expresados variando lógicamente su cuantía cada año, y a pesar de los difíciles años de la Guerra de la Independencia y convulsiones políticas posteriores, durante la primera mitad del siglo XIX se mantuvo activa la cofradía de la Vera Cruz. A partir de 1826 la visita a la parroquia era conjunta con las cofradías que allí están erigidas, nombrando a un único mayordomo para todas, que a su vez lo era de la colación. Esto nos permite conocer que la Vera Cruz celebraba tres procesiones generales con misa solemne, cinco vísperas, seis misas cantadas y tres rezadas35. En 1828 sus fiestas eran el Domingo de Pasión, la procesión del Viernes Santo y la fiesta del 3 de mayo.

Poco a poco se fue entrando en una fase de decaimiento que culminó con su desaparición, como nos hace saber la visita efectuada por la autoridad diocesana a la parroquia de Santiago el Mayor el 18 de febrero de 1867, señala por entonces no existía en Garciaz más cofradía que la del Santísimo Sacramento36, indicando que el Cristo de la Salud disponía de su propio altar. Las penitenciales habían dejado de tener existencia propia a mediados del siglo XIX, situación que dio lugar a que fuera ésta la que se encargara de todos los desfiles procesionales de Semana Santa.

El siglo XX va a suponer una revitalización de ésta devoción a esta imagen, cómo se refleja con la creación en 1914 de una nueva cofradía sin ninguna vinculación con la desaparecida Vera Cruz, y que se titula Cristo de la Salud, siendo su promotor Victoriano Valledor Burley. Prueba del vigor de esta devoción, fue que en 1917 y 1918 se le compran varios enseres para su mayor ornamento, y salió en rogativa pública el 4 de diciembre de ese último año37. Podemos aportar la identidad de quienes formaban parte de su junta de gobierno el 4 de mayo de 1920: Bernabé Romero, presidente; Federico Redondo, Antón Romero, José Durán Masa, Mariano Pablos, regidores; y Joaquín Cuadrado Abril como mayordomo.

Los actos de culto eran una que novena finalizaba el 3 de mayo y que en la actualidad se sigue celebrando, así cómo un triduo que se ha perdido. Su sostén económico procedía de los siguientes conceptos: cuotas de entrada, que importaban entonces 2’50 pesetas por persona; 1 peseta por cada misa que le era ofrecida; subastas de bienes donados; las 1’90 céntimos de cada mortaja de algún hermano; lo obtenido en el ofertorio que se hacía el 3 de mayo; o las “pujas de los brazos de las andas al entrar en la iglesia” que en 1927 ascendió a 329 pesetas y que nos hace saber que cada año salía en desfile; por último, las cruces con sus cintas que adquirían los hermanos. A pesar del ambiente político contrario, durante la II República se siguieron celebrando los habituales actos de culto, y en las cuentas de 1934 aparece una de 25 pesetas por la novena y misa cantada que se ofreció al Cristo en marzo del año anterior.

En aquellas situaciones importantes que afectaban a todos los habitantes de Garciaz, el recurso habitual era siempre implorar al Cristo de la Salud, cómo fue la misa extraordinaria celebrada en 1939 en acción de gracias por el fin de la guerra civil, o la procesión de rogativas que tuvo lugar en 1943 para que pusiera fin a la pertinaz sequía, gastando ese año 18 pesetas y 70 céntimos de material eléctrico para el trono.

En 1960 el obispo de Plasencia designó a Lorenzo Cuadrado Abril cómo nuevo mayordomo, haciéndose cargo personalmente de buena parte de todos los gastos derivados del culto al Cristo de la Salud, así cómo de la custodia de sus enseres. Su mandato se caracterizó por su rectitud y buen hacer, cuidando de que nunca le faltase nada a ésta imagen por la que profesaba una profunda y sentida devoción, desempeñando esta responsabilidad hasta su fallecimiento en el año 2002. En la actualidad la cofradía está en proceso de reorganización, pendiente de la aprobación de sus estatutos por la autoridad diocesana, y el nombramiento de una nueva junta de gobierno.

Desde el último cuarto del siglo pasado parecía que las manifestaciones de religiosidad popular iban a quedar en la más absoluta de las postraciones, sin embargo a partir de la década de los años 80 del siglo pasado, podemos observar la vitalidad y auge de las hermandades y rituales religiosos populares por ellas organizados. Este estado de cosas permanece y se ha acrecentado en la actualidad, a pesar de que estamos en una sociedad totalmente secularizada, donde son escasos los católicos que realmente participan en la vida religiosa de sus parroquias, y donde la religión a diferencia de épocas pasadas ocupa un papel secundario en todos los órdenes de la vida cotidiana38.

La explicación de este fenómeno no puede ser otra que las cofradías y hermandades, así como los rituales festivos que estas organizan son referentes de identificación colectiva, y en el caso concreto del Cristo de la Salud, se ha convertido en la genuina expresión de Garciaz, como “comunidad” propia y distinta de las localidades vecinas, siendo su símbolo de identidad principal que adoptan sin ningún tipo excusas todos sus habitantes.

1 RAMOS RUBIO, J.A.: La imaginería medieval en Trujillo. En Congreso de Trujillo Medieval, Badajoz 2002, pp. 93-94.

2 SEBASTIAN, S.: Contrarreforma y Barroco, pp. 330-331.

3 TENA FERNÁNDEZ, J.: Trujillo histórico y monumental. Salamanca p. 282. Este magnífico libro es fundamental para conocer la historia y riqueza monumental de Trujillo.

4 CANTERO MUÑOZ, A.: Religiosidad Popular y Semana Santa en la Iglesia Dominicana Siglo XVI-XVIII. Córdoba 2003, pp. 99-108. Exponemos como eran las rogativas durante el Antiguo Régimen. El citado libro también se puede consultar en Internet en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes: www.cervantesvirtual.com/Ficha.Auto.html?Ref=6145.

5 (A)rchivo (H)histórico (M)unicipal (T)rujillo. Actas Capitulares legajo 294, ff. 13 vto y 14 r: “se juntaron para celebrar Ayuntamto el Sr Dn Domingo Adorno y Dauilla, Corregidor Della y su Partido y SM los Rexres Dn Jph y Dn Nicolás de Orozco, el Marqués de Lorenzana y Sr Dn Pedro Thoms de Alcoba, y con asistencia del Diputado del Común dn José Antonio de Quiros”.

6 TENA FERNÁNDEZ, J.: Trujillo Histórico y Monumental. Salamanca 1988, p. 105.

7 Archivo Parroquial de San Martín. Libro que contiene el inventario de alhajas y cuentas de la hermita de Sn Lázaro, mandado formar por el Sr. Arcipreste D. Gregorio Ildefonso Cidoncha en la Sta Visita que de ella hizo en el año 1859.

8 Salvo que lo indiquemos de forma expresa, todos los datos que aportamos sobre el Cristo de la Salud de la ermita de San Lázaro, aparecen contenidos en el Libro que contiene el inventario de alhajas y cuentas de la hermita de Sn Lázaro, mandado formar por el Sr. Arcipreste D. Gregorio Ildefonso Cidoncha en la Sta Visita que de ella hizo en el año 1859. Con posterioridad, se donaron los siguientes objetos: unos corporales por la esposa de don Diego Mora en 1862; manteles por doña Joaquina Pastor en 1863; otro igual por una vecina de Madroñera en 1864.

9 AGUDO TORRICO, J.: Hermandades y tiempos rituales: viejos y nuevos significados. En Religión y Cultura, Sevilla 1999 Tomo I, p. 364.

10 TENA FERNÁNDEZ, J.: Trujillo Histórico y Monumental. Salamanca 1988, p. 105.

11 Novena para implorar la clemencia del Señor bajo el título de la Salud, que se venera en la ermita de San Lázaro de la ciudad de Trujillo, compuesta por D. Francisco Reglado, párroco que fue de San Martín: “Advertencia. Esta novena ha sido compuesta para implorar la clemencia del Señor, bajo el título de la Salud, en la calamidad del cólera, y la ciudad de Trujillo se ha visto libre de su invasión en las épocas en que ha afligido a España. Por esta razón cree el Autor que será muy del divino agrado, el que la hagan con devoción los fieles de todas partes y en todas ocasiones en que experimenten tribulación”.

12 RAMOS RUBIO, J.A.: La ermita de San Lázaro de Trujillo. Aportaciones histórico-artísticas y atropológico-festivas. En Art et Sapientia. Tomo 1 mayo 2000, p. 107.

13 He visto personalmente como en la cercana localidad de Garciaz, durante la procesión del Corpus Christi, se hacen donativos de objetos al Santísimo Sacramento, que se subastan al final la procesión en las puertas del templo parroquial.

14 “Al fallecimiento de D. Francisco Reglado (q e p d) que fue el catorce de junio de mil ochocientos ochenta, que había venido cuidando del culto del Señor, y de la conservación de la hermita, hice la competente reclamación de ella, por ser aneja de Santiago, y el Señor Obispo actual, en fecha veinte y dos de agosto del mismo año, decretó que se tuviera en lo sucesivo como perteneciente a la referida parroquia = en su virtud, los testamentarios del difunto me entregaron ochocientos reales que tenía en su poder el antedicho D. Francisco, para cuidar de la conservación del templo, y q no falte, en cuanto se pueda al culto al Señor de la Salud = Así lo firmó a seis de diciembre de 1880”.

15 Don Agustín Solís era un presbítero que disfrutaba de una desahogada posición económica, derivada de que fue el único y universal heredero de los condes de Quintanilla, de quien era ahijado por haber sido su padre el administrador de sus propiedades. Además era un prestigioso ganadero de reses bravas.

16El veinte de abril se terminó la construcción de la nueva espadaña, donde están colocadas las dos campanas = La nueva tiene de peso cinco arrobas y once libras, según nota de su fabricante D. Francisco Carvajal, residente en Medina de las Torres: ha costado ochocientos cuarenta y tres rs”.

17Me hice cargo de la ermita de San Lázaro como enclavada en la jurisdicción rural de la parroquia de San Martín, entregándome D. Miguel Calderón la cantidad de 41 rs

18 (A)rchivo (D)iocesano (P)lasencia. Secretaria. Correspondencia Trujillo 1915-19945. Memoria sobre la Parroquia de San Martín. 15 septiembre 1921. La clasificación y catalogación de los fondos documentales allí depositados es incompleta e insuficiente, por lo que no he podido encontrar más datos sobre esta cofradía, lo que no supone pensar que no existan otros testimonios.

19 TENA FERNÁNDEZ, J.: Trujillo histórico y monumental. Salamanca 1988, p.105: “Desde 1924 existe una asociación de señoras, canónicamente erigida, con el título de Cofradía de la Victoria, que con ejemplar celo se ocupa del adecentamiento de la ermita de San Lázaro, y de las solemnidades del novenario y de la fiesta anual, que se celebra el domingo segundo después de la Resurrección. Piadosa esta fiesta y emotivos estos cultos son exponentes de la tradición católica de Trujillo”.

20 CANTERO MUÑOZ, A.: Estatutos de la asociación trujillana Virgen de la Victoria (1920) y del Patronato de su ermita (1924). En Actas XXXII Coloquios Históricos de Extremadura. Badajoz 2004.

21 (A)rchivo (H)histórico (P)rovincial (C)áceres. Gobierno Civil. Asociaciones. Caja 37 Patronato de la Virgen de la Victoria 1924, expediente 31

22 AHMT. Legajo 138 (8): “Constituida con las debidas formalidades en esta Ciudad una asociación piadosa denominada del Santísimo Cristo de la Salud y Virgen de la Victoria; las que suscriben en nombre de esta Asociación tiene el honor de exponer al Excmo Ayuntamiento: Que siendo acuerdo de esa Corporación el encargar la custodia, reparación y ornato del Santuario de la Santísima Virgen de la Victoria a una entidad como la nuestra que es garantía cierta para asegura el culto debido a nuestra excelsa Patrona en Santuario decoroso, aceptamos desde luego el ofrecimiento a que se refiere el acuerdo del día 10 de marzo último”. Entre otras firman la petición la Marquesa de la Liseda, Josefa Vidarte de Higuero; María Guillén de Bote, Nazaria Paredes de Miguel, Julia Martínez de Blázquez, María Pedraza, María Villarreal de Sanz, Josefa Secos de Núñez, Rita Higuero, Manuela Artaloytia, Nicanora Sánchez, Antonia Guillén, Margarita Iturralde, Elisa Navarro, Petra Sánchez de Pelillo, Agustina Moreno, Joaquina Gendre, Agustina Gendre y Juana Mediavilla.

23 Quiero expresar mi agradecimiento a Petra Barrado Martínez por las facilidades que me ha dado para consultar el Archivo Parroquial de Aldea del Obispo, así como la información que me ha proporcionado.

24 (A)rchivo (P)arroquial (A)ldea del (O)bispo. Libro Becerro […] la Yglesia Parroquial de Aldea del Obispo, compuesto en el año 1814. Siendo Cura Rr el Señor Don Juan Jacinto Sayazo, Natural de la ciudad de Plasencia y Sacristán Antonio María Gómez.

25 APAO. Noticias pertenecientes a Nra Señora del Carrascal y al lugar o asiento que allí hubo llamado Malpartida. Las causas que se alegan son un tanto peregrinas, “hauer hallado en la casa que está bajando a dicha Yglesia un hombre muerto tendido en el suelo, con unos cordeles a la garganta indicios de huerlo haorcado, y sin más vestido que en paños menores” así como “por estar la dicha Yglesia entre los montes de Toro deste Ciudad de Trujillo, mui inmediato a dicha Yglesia diferentes robos, y algunos de cantidades grandes. Los despojos de tejado y madera que se quitaron de dicha Yglesia, se repartió por orden del Tribunal Ecco entre esta Yglesia y Aldea del Obispo y la de la uilla de Torrecillas”. Sin embargo más adelante señala la falta de dotación económica “en quanto a lo que importan sus Dmos que son de granos y menudos, no lo saben de cierto, y se remiten a lo que conste en la contaduría de rentas decimales de la ciudad de Trujillo, pero desde luego asegurar que será muy poco lo que ualga, porque las tierras y dehesas que están agregadas para los dmos de granos a dicha Yglesia, todas las pastan con ganados y en ninguna está radicada la labor”.

26 ADP. Visitas. Arcipreztago de Trujillo 1827-1910. Santa Visita del Arciprestazgo de Trujillo año de 1867: “Hay en dicha Parroquia seis altares aptos pa celebrar; el mayor dedicado a la Patrona; al lado del Evangelio; uno al Smo Cristo de la Salud; otro a las Benditas Ánimas; y otro a S. Juan Bautisa”.

27 Quiero expresar mi agradecimiento a Leopoldo Hueso Muñoz por las facilidades dadas a la hora de consultar el Archivo Parroquial de Garciaz.

28 BARRIENTOS ALFAGAME. G.: Estremadura por López año de 1798. Mérida 1993-1996 p. 216. También nos indica que “también lo es (propio para el pueblo) Nuestra Señora de la Concepción, que se venera fuera de esta villa, en su hermita, como a distancia de tres tiros de honda al oriente, no lo han conocido otro nombre; su iglesia parrochial está dedicada a Apóstol Santiago el Mario, a quien se tiene también por patrono de esta villa”.

29 SANCHÉZ HERRERO, J.: Las cofradías de Semana Santa durante la Modernidad. Siglos XV al XVIII. En Actas del I Congreso Nacional de cofradías de Semana Santa. Zamora 1987 p.45.

30 SÁNCHEZ HERRERO, Y OTROS: Los cuatro tipos diferentes de Cofradías de Semana Santa desde su fundación hasta la crisis del siglo XVIII en Andalucía bética y Castilla. En Actas del I Congreso Nacional de Cofradías de Semana Santa. Zamora 1987 p.275.

31 AHPC. (P)rotocolos (N)otariales (G)arciaz Legajo 1407.

32 (A)rchivo (P)arroquial (G)arciaz. Cofradía Vera Cruz. Mientras no hagamos otra cita, nos estamos refiriendo a este documento.

33los señores Matheo Crespo, el Sr Bme Gonzalez Frao y Xpotual Calzado, Alcalde y Rejidores que al presente son de la cofradía de la Santa Uera Cruz y pr ante mi el ssno dijeron, que pr quanto esta dicha Cofradía tiene algunos empeños y no tener donde valerse p ser su renta muy cortta, acordaron que reparta a todos los hermanos y hermanas que tuviera esta Santa Cofradía treynta y quatro mrs a cada uno p una uez y asimismo no se reziba hermanos algunos sin que pague a treynta rs su entrada siendo hachero y el de disciplina a diez y ocho reales y asimismo ninguna persona herede de esta cofradía como no sea pagando a treynta reales p su entrada”.

Artículos similares

Dejar un comentario

CONTÁCTANOS

Escribe y pulsa 'Enter' para buscar