HISTORIA DE LA HERMANDAD DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LA EXPIRACIÓN Y NUESTRA SEÑORA DE LA CARIDAD DE DOÑA MENCÍA

 en Religiosidad Popular

Publicado por Antonio Cantero Muñoz en Motril Cofrade 2012

Introducción

El incendio intencionado y posterior destrucción de la antigua Iglesia Dominica causó un grave quebranto con el movimiento cofrade en Doña Mencía1. Sin embargo, pronto comenzó un temprano renacer que se iba a articular sobre tres pivotes fundamentales: el patronazgo de las familias de más señalada posición social con las imágenes de la Virgen de los Dolores y Nuestro Padre Jesús Nazareno; grupos humanos unidos en la devoción a imágenes, el de socios del Casino al Santo Sepulcro, y otro también numeroso en torno a la nueva imagen del Cristo de la Expiración; por último tres esfuerzos personales, Manuel Ortiz Alférez fomentando el culto a San Juan Evangelista, Luis Amores Lucena, con una nueva imagen del título de la Columna, por último Lorenzo Cantero Urbano que volvió a dar vida a las figuras bíblicas de los Apóstoles.

Las graves dificultades económicas por las que atravesaba la sociedad española también se iba a reflejar en los comienzos de la reorganización de nuestra Semana Santa de la siguiente forma:

1 Al igual que en muchas poblaciones cordobesas, las nuevas imágenes no iban a ser realizadas por artistas de reconocido prestigio, o materiales de especial calidad. Este sería el caso de las de madera de Jesús Nazareno y la Virgen de los Dolores, siendo habitual también el recurso de los talleres de la población gerundense de Olot, de donde son originarias las del Cristo Amarrado a la Columna y Cristo de la Expiración, hechas de un material de escaso valor llamado pasta-madera.

2 Salvo el caso de la Virgen de los Dolores y Jesús Nazareno, que estaban apoyadas por familias que en ese momento disfrutaban de una más que desahogada situación financiera, y también el Santo Sepulcro, que además de personas de condición humilde lo estaba por una parte importante de la burguesía local, el resto de las cofradías pasaban verdaderas penurias, que les motivaban mucho a la hora de buscar recursos monetarios con los que sufragar sus incipientes gastos, impidiendo en algunos casos que el proyectó de creación de la hermandad penitencial tuviera éxito, como sería el caso del Cristo Amarrado a la Columna.

Fundación de la Hermandad

Fue fundada en la década de los años cuarenta del siglo pasado, para rendir culto a una imagen de Jesús Crucificado que fue adquirida por Pedro J. Moreno Tienda en 1940, con el dinero que obtuvo de la venta de un local de su propiedad, donde cultivaba rosas y claveles. Sin embargo hubo unos intentos previos que no cuajaron, pues se pensó crear una cofradía para rendir culto al Cristo de la Caridad, aunque no se llevó a efecto por la destrucción de la imagen en el incendio de 1932, planteándose esta opción con el Cristo del Calvario, aunque se actuó de la forma señalada2.

La imagen había procesionado desde esa fecha pues en el acta fundacional se nombró a don Pedro Tienda Jiménez como hermano mayor de andas, “por estimar ser el más adecuado y competente, y además tenerlo demostrado en las procesiones de los años anteriores

El 5 de abril de 1945 se constituyó formalmente con 45 hermanos bajo el título Hermandad del Santísimo Cristo de la Expiración, aunque en un principio usó el Cristo de la Victoria y los hermanos iban vestidos de falangistas, pero se cambió el nombre y eligió un hábito nazareno para separarlo de forma completa de la política3. Asistieron a la primera asamblea fundacional las siguientes personas: Antonio Poyato Blanco, Pedro Tienda Jiménez, Antonio Luque Urbano, Adolfo Muñoz Moreno, Miguel Vargas Urbano, Emilio Contreras Vera, Francisco Morales Ruiz, Francisco Poyato Blanco, Joaquín Valentín de la Rosa, Isidoro Montes Muñoz, Francisco Navas Polo, Juan Jiménez Úbeda, Juan López Úbeda, Francisco Contreras Vera, Emilio Gómez Segura, Juan Jiménez Navas, Eugenio Tapia Montes, Francisco Gálvez Porras, José María Jiménez Lama, Ramón Muñoz Moreno, Antonio Urbano Flores, Francisco Poyato Morales, José María Muñoz Moreno, José María Aceituno Cantero, Domingo Recio Guijarro, Miguel Juncal Méndez, Antonio Jiménez Urbano, Francisco Morales Poyato.

La primera decisión que se tomó fue nombrar a la siguiente junta de gobierno: Antonio Poyato Blanco, presidente; Pedro Tienda Jiménez, secretario; Antonio Luque Urbano, vocal; Francisco Morales Ruiz, vocal; Miguel Vargas Urbano, vocal; Adolfo Muñoz Moreno, vocal; Emilio Contreras Vera, vocal. Además se adoptaron una serie de acuerdos por unanimidad, destacando la apertura de una cartilla de ahorros en el Banco Español de Crédito que sería conservada por el secretario Antonio Luque Urbano, en la que se ingresarían todas las cantidades que se recaudaran por distintos conceptos, como cuotas, donativos o suscripciones, y se autorizaron para su gestión de forma mancomunada a los vocales Francisco Morales Ruiz, Miguel Vargas Urbano y Adolfo Muñoz Moreno, y en caso de ausencia de uno o dos de los vocales anteriores el hermano mayor estaba facultado para suplir sus firmas con la suya.

Su sostén económico se basaba fundamentalmente de la cuota de entrada que se fijó en 5 pesetas y que concedía el título de socios fundadores, amén de una peseta cada semana, cantidad que se podía modificar por posteriores acuerdos.

Se acordó nombrar como hermanos mayores honorarios al párroco don Juan Navas Barba, y a don Pedro J. Moreno Tienda4, y redactar un reglamento interno que regulara su régimen jurídico, que se remitiría a la autoridad diocesana para su aprobación, previa consulta con el párroco. El vocal Emilio Contreras Vera se comprometió a ir al domicilio de cada uno de los cofrades para cobrar semanalmente los recibos de las cuotas que se fijaran.

Conforme al contexto social de la época a la que nos estamos refiriendo, y a diferencia de lo que ocurre en la actualidad, las mujeres jugaban un papel secundario y testimonial en la vida de las cofradías, como nos hace saber el siguiente acuerdo relativo al cuidado de la imagen titular:

La imagen del Cristo de esta Hermandad debe ser atendida y cuidada para buena conservación y embellecimiento, y para ello ha de nombrarse una o varias señoras Camareras que serán designadas libremente por el Señor Cura Párroco”.

Terminada la Semana Santa tuvo lugar otra reunión el 25 de abril de 1945 a la que asistieron menos hermanos5, eligiéndose por unanimidad el color del hábito de los cofrades, que fue túnica negra con capa blanca y cordones amarillos, capirucho morado, calcetines blancos y zapatillas negras6.

Se volvió a designar a Antonio Poyato Blanco como hermano mayor y para dar más lustre al desfile participarían maceros, siendo los primeros designados Antonio Vargas Martínez y Miguel Vargas Martínez, que también llevarían campanillas sufragadas de su propio peculio. La hermandad del Cristo de la Expiración se haría cargo de las túnicas y demás enseres necesarios para el desfile, pero siendo escasos los fondos conseguidos con las cuotas para que pudieran salir todos los cofrades, se decidió admitir el préstamo de los que tuvieran mejor posición económica, respondiendo de su pago con todos sus bienes, aunque no tenía en cuenta que además de las túnicas y cirios “demás enseres de su uso y propiedad”, que conforme al Código Civil no podían responder de deudas los bienes que estaban destinados al culto religioso.

Esta decisión responde al voluntarismo de un grupo de personas, que aunque carecían del respaldo económico que las familias más señaladas de Doña Mencía que patrocinaban otras cofradías, estaban decididos a sacar adelante el proyecto de la hermandad del Cristo de la Expiración. Hay que destacar el apoyo de algunas personas para que este proyecto siguiera adelante7, como las facilidades dadas por Juan Roldán Güeto para la adquisición de las primeras vestimentas, cuya tela procedía del comercio de telas que el regentaba, y que hasta hace pocos años estuvo existiendo en Doña Mencía; o las nuevas andas y cruz para el titular que fueron donadas por Miguel Vargas Urbano.

Otro ejemplo que refleja esa voluntad de superar obstáculos, a pesar a pesar de los difíciles años por los que pasaba nuestro país por entonces, que refleja la necesidad de reunir algún dinero, fue el acuerdo de “adquirir para ser rifada por el pueblo una muñeca, cuyo importe y beneficio será fraccionado en papeletas de cincuenta céntimos cada una, aplicando el beneficio que se obtenga para cubrir su gasto”. También se contrató la película el alquiler de la película “Cristus”, que sería visionada los días 16 y 17 de mayo y con la venta de entradas también se obtendría algún dinero. Por último, teniendo en cuenta la proximidad de las fiestas de Semana Santa, se aumentó la cuota semanal a dos pesetas.

En 1946 la reunión de la junta general tuvo lugar el 30 de marzo, siendo reelegido como hermano mayor Antonio Poyato Blanco, que obtuvo 42 votos a favor y uno en contra. Su junta de gobierno estaría compuesta por las siguientes personas: Domingo Recio Guijarro, tesorero; Antonio Luque Urbano, secretario; Adolfo Muñoz Moreno, vocal; Francisco Morales Ruiz, vocal; Fernando Castillero García, vocal; Pedro Tienda Jiménez, hermano mayor de andas.

Ese día se acordaron una serie de normas para el mejor funcionamiento de la cofradía, que fueron las siguientes: el Domingo de Ramos la junta de gobierno repartiría a los hermanos en su domicilio el hábito para la procesión; el Miércoles Santo se reunirían todos los cofrades para confesarse, con el fin de comulgar el Jueves Santo por la mañana en los Santos Oficios; se nombró a Miguel Vargas Urbano como hermano de orden para evitar falta de seriedad y sentido religioso durante el desfile; dada la escasez de recursos económicos del momento, cada hermano pagaría por los cirios para la procesión del Viernes Santo cinco pesetas; el Domingo de Resurrección se entregarían los hábitos en perfecto estado a una persona que sería nombrada por la junta de gobierno, siendo sancionado con la baja quien no cumpliera con ello.

En la junta general celebrada el 5 de noviembre de 1946 se vuele a designar a Antonio Poyato Blanco, repitiendo la junta de gobierno anterior. El problema económico seguía agobiando a la hermandad, y por unanimidad se fijo el 5 de enero del año siguiente para ponerse al día en el pago de las cuotas semanales, apercibiendo a los hermanos que en caso contrario serán dados de baja con perdida de todos sus derechos y sin ningún tipo de indemnización. Y para poder adquirir Lotería de Navidad con el que sacar más dinero, cada cofrade aportaría lo que pudiera para adquirir los décimos.

El 15 de noviembre Pedro Jiménez Tienda solicitó su renuncia como miembro de la junta de gobierno que le fue admitida. También la presentó el hermano mayor, pero fue rechazada, quedando los órganos de gobierno de la siguiente forma: Antonio Poyato Blanco, hermano mayor; Domingo Recio Guijarro, tesorero; Antonio Luque Urbano, secretario; Adolfo Muñoz Moreno, Francisco Morales Ruiz, Fernando Castillero García Hidalgo y Emilio Contreras Vera, vocales. Se acordó para sufragar gastos, que se abonaran 25 pesetas el Domingo de Ramos, y quien no lo hiciera causaría baja definitiva. Sin embargo en la década de los 50 del siglo pasado Antonio Poyato Blanco propuso que se suprimiesen las cuotas y a partir de ese momento sus sustento económico provino en exclusiva de rifas y loterías, además de las aportaciones efectuadas por aquellas personas que estaban más vinculadas a la cofradía8.

El deseo de aumentar el número de cofrades y las penurias de la época, dieron lugar a que el junta general celebrada el 15 de marzo de 1948 se sometió a votación que a partir de ese momento la capa del hermano mayor sería morada el lugar de blanca, y el capirucho del mismo color, pues eran necesarios la túnica y capirucho que utilizaba don Antonio Poyato Blanco para un nuevo hermano que iba a participar en el desfile y no tenía ropa. Sometido este punto del orden del día a votación fue aprobado por una amplia mayoría, pues se mostraron conformes 22 hermanos y hubo solo 2 votos en contra.

Dispuso desde siempre de banda propia de tambores y trompetas, que compartió un año con la cofradía de la Virgen de los Dolores, y que fue mantenida gracias al trabajo y tesón de Eugenio Jurado Priego. Era la única imagen pasionista que no se encontraba en casas particulares y siempre recibió culto en la parroquia9.

La Hermandad de la Expiración y la Semana Santa de Doña Mencía

Disponemos de varios testimonios documentales que nos hacen saber como era la Semana Santa de Doña Mencía en las décadas de los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado, que se refieren de forma expresa a esta cofradía. El Domingo de Ramos tenía lugar la procesión de las Palmas, en la que al igual que en otros actos religiosos participaban los miembros de la Corporación Municipal y seguían siendo costeadas en parte por el Ayuntamiento10:

Con respecto a las próximas fiestas de Semana Santa, se dispuso por ahora, que por el Sr. Alcalde se hagan los pedidos de las palmas del Domingo de Ramos, y la cera que según costumbre viene siendo precisa para la asistencia a las procesiones de los señores del ayuntamiento y personas invitadas, siendo el parecer de esta comisión, que deben mantenerse las costumbres tradicionales que se conservan todavía en este pueblo como resultado del antiguo carácter y esplendor que estas fiestas tenían”.

El Jueves Santo por la mañana tenía lugar el entonces denominado “Paseillo”, que aunque no era un acto que tuviera categoría de oficial, desfilaban durante el mismo todas las cofradías existentes y por posteriormente confesaban y comulgaban en los Santos Oficios que por entonces tenían lugar por la mañana11. Una comunicación remitida por el párroco don Juan Navas Barba al hermano mayor de la Hermandad del Cristo de la Expiración, que se ha sido conservado celosamente en su archivo, nos permite conocer con detalle los cultos y procesiones de la Semana Santa durante estas fechas, que eran los mismos que tradicionalmente habían tenido lugar en Doña Mencía12:

Jueves Santo: a las diez y media Divinos Oficios. A las dieciocho Lavatorio. A las diecinueve Sermón del Mandato. A las veinte Procesión de Jesús Preso. Viernes Santo: A las cinco Sermón de Pasión. A las siete Procesión de Jesús. A las diecinueve Sermón de las Siete Palabras. A las veinte Procesión del Santo Entierro”.

Lo expuesto hasta ahora acredita la vitalidad del movimiento cofrade de la época, que queda ratificado en la visita ad límina de la parroquia de Nuestra Señora de Consolación el 30 de agosto de 1957, que nos hacen saber de las cofradías que existían en la localidad, y la intensa vida religiosa que desarrollaban13:

Existen en la Parroquia y feligresía asociaciones religiosas, Corazón de Jesús, Hijas de María, Nuestra Señora de la Fe, de la Medalla Milagrosa, de la Virgen de Fátima, María Auxiliadora, Cristo de la Expiración, San Juan Evangelista. Hay además las siguientes Cofradías = Nuestro Padre Jesús Nazareno, Apóstoles y Evangelistas, de la Virgen de los Dolores y Santo Sepulcro y Jesús Amarrado a la Columna y Conferencias de San Vicente […] Las asociaciones religiosas se instruyen en los ejercicios cuaresmales y confiesan y comulgan el Jueves Santo”.

La prensa local a través del periódico Guía, nos narra con detalle como fue la Semana Santa en 1957, con referencias a esta hermandad14:

Aunque el Jueves Santo amaneció lloviendo y con aspecto de continuar el temporal, paso de ser una amenaza, puesto que el resto de los días lucio un sol esplendoroso. A las seis de la tarde del Jueves, dieron comienzo los Santos Oficios como principio de actos de nuestra Semana Mayor. En el Sermón. D. Salvador Muñoz Díaz, puso de manifiesto el amor de Cristo a los hombres en la promesa e institución de la Eucaristía. Providencialmente cesó la lluvia a las nueve, hora en que sale la procesión luciendo los pasos de María Magdalena, Cristo de la Columna, San Juan Evangelista y Virgen de los Dolores.

El Santísimo Cristo de la Columna acompañado de sus cofrades y jóvenes de Acción Católica destacó por el buen gusto de su ornato. Con gran vistosidad le seguía Ntra. Sra de los Dolores acompañada de su Hermandad y autoridades locales que cerraban la procesión.

A las doce de la noche, dio comienzo el Sermón de la madrugada, durante el cual se oyeron los pregones tradicionales destacando la Confortación del Ángel y la Sentencia de Pilatos, que emocionó profundamente a los asistentes al acto.

A las cinco y media de la madrugada hace su salida la procesión matinal acompañada de una enorme masa humana que en cumplimiento de sus promesas sigue al Nazareno. La cofradía de Jesús Nazareno se remonta a más de siglo y medio de existencia, y fiel a su tradición conserva el tipismo de los primeros años de nuestra Semana Santa, encarnado en los pregones que relatan la Pasión con todo detalle. El momento culminante de este apasionante desfile, es sin duda, cuando en el lugar llamado Cuatro Esquinas, Jesús vuelve su cara hacía la muchedumbre que le sigue y sobre ella imparte su bendición. Cristo persona a los que van a crucificarle y el pueblo se emocionó ante la lección de amor del Divino Maestro.

Viernes Santo. Con gran recogimiento y dolor dan comienzo los Santos Oficios del Viernes Santo a las cinco de la tarde. Poco después se pronuncia el Sermón de las Siete Palabras a cargo de D. Salvador Muñoz Díaz, quien con sus palabras emocionó al enorme número de personas que abarrotaban por completa la plaza de Calvo Sotelo y las calle adyacentes; al final de la última palabra, tiene lugar el desenclavamiento de Jesús, que es trasladado al Sepulcro por José de Arimatea y Nicodemo.

Acto seguido sale el Santo Entierro. Lo inicia el Santísimo Cristo de la Expiración, cuya cofradía fue la precursora e iniciadora del esplendor de la actual Semana Santa; maravilloso prólogo de un grandioso desfile. Sencilla, triste y obscura marcha detrás la cofradía del Santo Sepulcro con el cuerpo yacente del Salvador. Junto a Él los cofrades caminan lentamente con sus sobrias y elegantes vestiduras negras, símbolo de tristeza; suenan roncos tambores en señal de luto y las trompetas lanzan al viento quejidos de dolor. Cierra la procesión la Virgen de los Dolores, ahora con manto negro, llorando la muerte del Hijo”.

Como el resto de las cofradías, la hermandad del Cristo de la Expiración entró en una profunda crisis en la década de los años sesenta del siglo pasado, situación superada a partir de 1963 en que un grupo de jóvenes entusiastas se incorporaron a sus órganos de gobierno, que han conseguido convertirla en uno de los referentes de la Semana Santa de Doña Mencía, y que continúan desempeñando esa labor siendo un ejemplo de buen hacer15. Hasta 1966 fue hermano mayor Antonio Poyato Blanco, que fue sustituido en 1970 por Francisco Amores Priego, y éste por Rafael Cantero Muñoz en 1973.

La Virgen de la Caridad

A partir de ese momento, coincidiendo con el resurgir cofrade que tuvo lugar en Doña Mencía en el último lustro de la década de los setenta, la Hermandad del Cristo de la Expiración ejecuta una serie de actuaciones de indudable relevancia16, entre la que destaca la adquisición de un nuevo trono realizado por talleres Angulo de Lucena17. En 1975 su banda de tambores y trompetas comenzó a desfilar formando una centuria romana, y en 1982 se creó otra banda formada en exclusiva por niños que tres años más tarde fueron ataviados con trajes de legionarios18. En 1986 se adquirió un nuevo trono y cruz realizado en Priego de Córdoba por Antonio Serrano. En 1995 celebró su L aniversario con un emotivo acto en la Casa de la Cultura “Juan Valera”, donde se hizo un reconocimiento a aquellas personas que habían contribuido a enaltecer a esta cofradía.

Siendo hermano mayor Francisco Jiménez Jurado se ha acometido un importante proyecto, pues a petición de los hermanos, se iniciaron las gestiones para la adquisición de una imagen dolorosa, encargo que recayó en el imaginero cordobés Miguel Ángel González Jurado. Y en Asamblea General Extraordinaria de la Hermandad, celebrada el 28 Septiembre de 2001, se acordó modificar el nombre de la cofradía, siendo a partir de entonces Hermandad del Santísimo Cristo de la Expiración y Nuestra Señora de la Caridad». Le efigie mariana fue bendecida el 6 de Diciembre de 2001, realizando, por primera vez, el desfile procesional las dos sagradas efigies en el mismo trono en la Semana Santa del año 2002, luciendo la Virgen una magnífica corona plateada realizada por Orfebrería Sevillana Andaluza donada por un devoto, manto negro y saya burdeos bordada en oro, obra del artista menciano Cristino López Lastres.

En el año 2009 se adquirieron 4 candelabros plateados, de tres brazos, obra de Orfebrería Paula, de Lucena. Como novedad para la Semana Santa de 2012, después de más de siete lustros desde su fundación, la Banda de Romanos de Tambores y Cornetas, estrenará un nuevo equipo de uniforme de gala, por lo que en los próximos años se pueden alternar las citadas equipaciones, según las ocasiones.-

Desde su fundación hace estación de penitencia en la noche del Viernes Santo precediendo al Santo Sepulcro, siendo una procesión realmente bonita que discurre por el recorrido tradicional. El hábito de los nazarenos es túnica negra, capa de raso blanca capirote burdeos, y cordones de esparto. Los lugares más recomendables son la salida de la ermita del Espíritu Santo y su paso por la calle Juan Valera y plaza de Andalucía, y sobre todo el toque de oración de su Centuria Romana, al final de la procesión junto a las imágenes de la cofradía del Santo Sepulcro, así como su posterior traslado acompañado por sus cofrades y gran cantidad de mencianos hasta el altar mayor de la parroquia donde termina el acto tras el rezo de una oración.

El poeta Andaluz19 ve todos lo años al Cristo de la Expiración cuando pasa por el Arquito Real de la siguiente forma:

“Cristo es crucificado. Es el Viernes por la tarde y el Cristo de la Expiración, sobre un monte ensangrentado, pasa por nuestras calles con los brazos abiertos, siempre con los brazos abiertos, y una súplica en los labios: Padre, perdónalos…

El Cristo de la Expiración tiene

los ojos mirando al cielo,

una súplica en los labios

y una pregunta en el gesto.

El Cristo de la Expiración

tiene los brazos abiertos.

El Cristo de la Expiración viene

pendiente del vil madero,

sobre un monte ensangrentado,

entre cuatro candeleros.

El Cristo de la Expiración

tiene los brazos abiertos.

El Cristo de la Expiración lleva

corona de espino cruento,

un clavel en cada mano

y, en los pies, un lirio yerto.

El Cristo de la Expiración

tiene los brazos abiertos.

El Cristo de la Expiración trae

una congoja en el pecho:

flor de amor hecha sollozo

en desgarrado silencio.

El Cristo de la Expiración

tiene los brazos abiertos.

El Cristo de la Expiración alza

sus ojos, pidiendo al cielo

perdón para sus verdugos,

clemencia para su pueblo.

El Cristo de la Expiración

tiene los brazos abiertos.

1CANTERO MUÑOZ, A.: Incendio y destrucción de la antigua Iglesia Dominicana de Doña Mencía en 1932. En Motril Cofrade 2005 páginas 49-55.

2 C. SANCHEZ, R. ROLDAN, R. URBANO: La Semana Santa menciana a través de los hermanos mayores de las cofradías. En Guía marzo 1959. Estos datos los proporcionó el hermano mayor Antonio Poyato Blanco.

3 C. SANCHEZ, R. ROLDAN, R. URBANO: La Semana Santa menciana a través de los hermanos mayores de las cofradías. En Guía marzo 1959. Estos datos los proporcionó el hermano mayor Antonio Poyato Blanco: “Los primeros años sacamos esta imagen vestidos de falangistas y el nombre que se iba a dar, y por consiguiente a su Hermandad, era el de Cristo de la Victoria, pero un una de las reuniones celebradas se acordó ponerle Hermandad del Santo Cristo de la Expiración para desligarlo completamente de la política”

4 C. SANCHEZ, R. ROLDAN, R. URBANO: La Semana Santa menciana a traves de los hermanos mayores de las cofradías. En Guía marzo 1959. Estos datos los proporcionó el hermano mayor Antonio Poyato Blanco: “un señor llamado D. Pedro J. Moreno y Tienda, que tenía tanto entusiasmo o más que nosotros […] ese señor a pesar de su madura edad siempre nos acompañó, aunque no vestido de túnica en todas las procesiones.”

5 Estuvieron presentes el 25 de abril de 1945 las siguientes personas: Antonio Poyato Blanco, Pedro Tienda, Adolfo Muñoz Moreno, Fernando Castillero, Emilio Contreras, Francisco Contreras, Ramón Muñoz, Miguel Vargas, Joaquín Valentín, Francisco Morales.

6 C. SANCHEZ, R. ROLDAN, R. URBANO: La Semana Santa menciana a través de los hermanos mayores de las cofradías. En Guía marzo 1959. Estos datos los proporcionó el hermano mayor Antonio Poyato Blanco, que señala que se “los colores de nuestra cofradía fueron escogidos por ser muy parecidos a los de la del Cachorro de Tirana de Sevilla”

7 C. SANCHEZ, R. ROLDAN, R. URBANO: La Semana Santa menciana a traves de los hermanos mayores de las cofradías. En Guía marzo 1959. Estos datos los proporcionó el hermano mayor Antonio Poyato Blanco.

8 C. SANCHEZ, R. ROLDAN, R. URBANO: La Semana Santa menciana a través de los hermanos mayores de las cofradías. En Guía marzo 1959. Estos datos los proporcionó el hermano mayor Antonio Poyato Blanco.

9 APDM. Inventarios 1961, 1965. Esta situación anómala se dio en Doña Mencía desde el incendio que destruyó la antigua Iglesia Dominicana, y perduró hasta el traslado de todas las imagenes pasionistas a la ermita del Espíritu Santo en la primera década de este siglo, con las excepciones del Cristo de la Expiración, preside el altar mayor de la actual parroquia, y la efigie del Resucitado, que esta también en el altar mayor.

10 AHMDM. Actas de Comisión Permanente 28 febrero 1949.

11 Archivo Cofradía Santo Sepulcro. Junta General de 25 de marzo de 1948: “previa votación animada, que dio por mayoría de veintiún votos contra diez y ocho, el hacer un desfile por las calles del pueblo antes de empezar los Oficios, en unión de las cofradías existentes; aconsejan la asistencia de todos a la confesión y comunión de precepto”.

12 Archivo Hermandad Cristo de la Expiración. Oficio del párroco al hermano mayor del Cristo de la Expiración. 31 marzo 1947.

13 Archivo General Obispado Córdoba, Despacho Ordinario Doña Mencía 1957.

14 REDACCIÓN GUIA: Con gran solemnidad, se efectuaron los tradicionales desfile de nuestra Semana Mayor. En Guía n º 3 mayo 1957.

15 De ese grupo de jóvenes de entonces, hay que reseñar a Francisco Jiménez Jurado, Antonio Muñoz Jiménez, Rafael Cantero Gómez, Juan Baena Arrebola, Julián Baena Arrebola, Manolo Jiménez y Pablo Arrebola

16 ARANDA DONCEL, J.: La Pasión de Córdoba Sevilla 2000 Tomo V p. 186.

17 GOMEZ SEGURA, M.: 50 Aniversario de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Expiración. En El Bermejino n º 185 abril 1995.

18Es una pena que desde hace algunos años ya no participe en la estación de penitencia, pues la mayor parte de ellos se han integrado en la centuria romana.

19Andaluz es el seudónimo de un menciano, que es gran amante de nuestra Semana Santa y todas nuestras tradiciones, y que escribe importantes trabajos de todo tipo sobre Doña Mencía, y con el que me une buena amistad

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